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Cuando las luces se vayan apagando  y la oscuridad gobierne mi nada,  cuando me reduzca a polvo a lamentos y llantos cuando se evapo...


Cuando las luces se vayan apagando 
y la oscuridad gobierne mi nada, 
cuando me reduzca a polvo
a lamentos y llantos
cuando se evapore la última lágrima
cuando se marchite la ofrenda de flor...

Quiero que estés ahí, 
ahí con tu mirada, 
tu perfume de azahar
y la certeza de tu amor.

Ahí, escribiendo mi epitafio
Ahí, contando mi leyenda
Ahí recitando mis poemas
ahí resurgiendo mis sueños.

Quiero que estés ahí
transmitiendo mis anhelos a una nueva generación
cumpliendo mis metas en los que vendrán
y animando a otros 
con la dedicación de un amigo
con el ímpetu de un platónico amor.

He decido compartir un capitulo del libro que estoy escribiendo "Llámame Koni" un camino de regreso a casa. Espero leer sus come...

He decido compartir un capitulo del libro que estoy escribiendo "Llámame Koni" un camino de regreso a casa. Espero leer sus comentarios al respecto.

¿Católica yo?

CAPITULO 9



Srta. Rosa Espinel (Estudiante de Psicología)

Yo vi esos videos que hicieron popular a mi rockstar, sin embargo, siempre supe que eran exagerados, incluso algunos se atrevieron a hacer montajes ridiculizando, yo me calmaba pensando en que solamente sería una moda pasajera, como todas las de internet, sus videos se olvidaran como otros que en su momento fueron furor y ya nadie les menciona.

Pasaron unos meses del suceso de la catedral y Elías siempre iba a clases y, a pesar de mis ideas, la fama de él no disminuía, se mantenía estática. Quizás por lo enigmático que siempre se ha comportado. Algunas chicas se tomaban fotos con él y le presumían en las redes, en Facebook abundaron las paginas asegurando ser el “sayayin de León” sin embargo, nosotras sabíamos que ninguna de ellas era de él, sencillamente a Elías no le gustaban las redes sociales. Poco a poco las aguas se fueron calmando y las clases continuaron de lo más habitual.

Una mañana no tuve clases, pero nadie tuvo la bondad de avisarme, fue llegando a la facultad cuando me enteré. Molesta me senté en una banca del campus y empecé a mandar mensajes a mi grupo del WhatsApp.
Fue cuando le vi pegando en un poste el anuncio de la Jesús Party de ese año, llegué a ayudarle.

- Si quieres te ayudo a distribuirlas – le dije

- Esta bien – me dijo con aquella sonrisa que hacía chiquito mi corazón.

Le acompañé todo ese día, íbamos de facultad en facultad pegando las volantes para ese concierto, yo feliz de ir al lado de él sintiendo el olor de su perfume, era un aroma maderoso, como sándalo, muy varonil, su cara siempre bien cuidada, afeitado a ras y su cabello fino y delicado. Sí, estaba enamorada de él. Lástima que Elías no entendía las señales que le mandaba, los hombres siempre son complicados para eso, no saben descubrir el corazón de una mujer que late de amor por ellos.


- Rosita – me dijo, “recuerda mi nombre” fue lo primero que pensé – ¿no te gustaría ir al evento?

- Claro que sí Elías, yo voy cada año – “para verte” me mordí la lengua antes de decirlo- me gustan esos eventos.

- Pero – me dice, tomando en su mano una medalla de la Virgen María que colgaba de mi pecho – vos sus católica, verdad.

Me dio pena, no era católica al cien, solo iba a misa cuando me daba la gana y a una que otra actividad que organizaban los de la pastoral juvenil, pero en realidad me gustaban mucho más los eventos evangélicos, la música evangélica, ellos sí hacían grandes cosas para atraer a los jóvenes. Pero no pensaba dejar de creer en María, por eso no me decidía a aceptar esa fe.

- Pues qué te digo, si y no, no soy tan comprometida con mi iglesia

- No te preocupes, te quería preguntar algo sobre tu medalla, no era muy importante, pero me gustaría que fueses al evento, yo te puedo pasar trayendo, si quieres.

¡¿Cómo podía rechazar esa oferta?! Cuando se abre una puerta no queda más que entrar en ella, si no quizás nunca más estará abierta para ti.

- Claro que sí. Pero cuidado me dejas sola

- Mmmm, espero que no, sabes que me toca organizar muchas cosas estando allá, no te enojes si eso pasa. ¿Sí?

- Esta bien, es un trato. Te mando mi dirección en un mensaje oki.

- Esta bien Rosita.

Y se despidió.

Esa noche quería estar más presentable que nunca, estaba sumamente ansiosa, mi amiga no podía creerlo, saldría con mi rockstar.

Puntual, a la hora acordada estaba él afuera de mi casa esperándome. Salimos en dirección al campo Victoria, desde lejos se podrían ver las luces, parecía toda una fiesta, una explosión juvenil.

Elías desde que íbamos no paraba de hacer llamadas, que el sonido, que las mantas, que los trajes, parecía que estaba coordinando casi todo.

Allí me encontré a muchas personas conocidas, quizás esos videos virales habían ayudado a que el evento fuese masivo, todos querían escuchar a Elías, verlo actuar, y yo me sentía una pequeña cenicienta viviendo su sueño, al lado de él.

Y empezó el evento, el grupo entonó la canción que está pegando en todas las radios, una canción romántica con mensajes cristianos, todos nos emocionamos ya que han sido un éxito no solo en las radios cristianas sino está en los primeros puestos en las radios seculares. No lo podía creer.

Abrace a Elías emocionada. Él me devolvió el abrazo.

Siempre me he preguntado, ¿Por qué la Iglesia católica no hace eventos así? Siendo sinceros sus actividades son aburridas y cuando quieren hacer algo alegre nos ponen música secular.

Los jóvenes que queremos buscar de Dios no andamos con sed de lo mismo que podemos encontrar en el mundo, andamos con sed de espiritualidad, de escuchar una voz que nos direccione. Pero no, a ellos no les interesa que los jóvenes vivamos la fe, solo les importa mantener a las abuelitas siempre rezando rosarios y ya. Solo hacen los que más les acomoda. Y las pastorales llenan sus catequesis de temas de autoestima y sexualidad, pero nada de Dios. Y qué decir de los que le dirigen, por la mañana hablan de cristo y por la noche van a un bar. Doble moral.

Ya no quería eso, quería entregarme a Cristo completamente, sin medias tintas, abrir las puertas de mi corazón para que lo transforme completamente.

Esa noche, como ya me lo esperaba, Elías se marchó a lo suyo, pero yo, sin pensarlo recibí el mayor de los regalos, recibí a Jesús en mi corazón deshaciéndome de una vez por todas aquella medalla que era lo único que me mantenía siendo católica.

- Ya no puedo más - exclamé, nadie lo percató, fue una declaración ruidosamente silenciosa, sin embargo con un eco profundo en mi cora...



- Ya no puedo más - exclamé, nadie lo percató, fue una declaración ruidosamente silenciosa, sin embargo con un eco profundo en mi corazón - Ya no puedo más - grité ineludiblemente, fue imperceptible a mi auditorio quienes me observaban en esperas de algo mejor.

La mañana, aún y su belleza, su verde y su ambición de ser cada vez más hermosa permanecía abstracta a nuestro ojos, no la reconocemos, nos era ajena a la discusión entablada, los árboles balanceados por una leve brisa, las aves cantando su monótona pero rítmica canción, y los multicolores reflejos del jardín eran tan solo un trazo de pintura inocua para aquella conversación cotidiana.

¿De qué hablábamos? de Dios.

Y sí, hablar de Dios ya se había vuelto rutina, cada mañana en la sala con vista al jardín nos reuníamos a hablar de ese ser lejano y cercano, etéreo en nuestra limitada concepción, incorpóreo o material. Todo ello me tenía cansado, la deidad parecía ser a mí solamente un referente de nuestra propia limitación.

- Luis - preguntó Nereida - entonces el amor de Dios es independiente del pecado.

Y contesté, contesté reproduciendo en mi mente aquel mp3 grabado, como si de Siri me trataba, respondiendo las preguntas con certeza intelectual mas carente de alma. Algunos recibieron mi respuesta con agrado, otros, mentalmente dijeron su frase "cuanto sabe" con aquel cargado tono de sarcasmo, no importa, eso es lo de siempre, yo sencillamente entré de nuevo en mi forma de reposo a la espera de otra pregunta directa.

- Ya no puedo más - repetí, tanta hablar de Dios y no hablar con él me tenía agotado, mi espíritu degradado cual tierra reseca sin señal próxima de lluvia, te has marchado, te has ido realmente.

- Sí, Lucho, se ha marchado - ella nuevamente, apostada de pie detrás de mi asiento, poniendo sus manos en mi hombro y acercando su cálido aliento a mi oreja - se ha ido, y al parecer no volverá.

No le contesté, creerán que estoy loco, si ya muchos notan mi falta de cordura escucharme hablarle a aquella mujer sería la confirmación del extravió de mi lucidez, sin hacer gesto alguno le escuché.

- Y creo que fue mi culpa, Lucho - me dijo mientras sus manos masajeaban mis hombros cansados. - Es mi culpa, porque, aunque lo niegues, te has enamorado de mí y ya no quieres dejarme.

- Te odio - le dije. Miguel giró su cara a mí. ¡Me escuchó! fue lo primero que pensé.

- ¿Me hablaba Luis? - dijo, negué con la cabeza, que suerte que él sea sordo de un oído. Lilith solo se rió con carcajadas sonoras.

- No Luis - insistió Lilith - Vos me amás, te negás a esa realidad, pero disfrutás mi compañía y he llegado a descubrir que genuinamente me extrañás.


El devocional continuaba, las lecturas bíblicas insistían en el amor de Dios y la magnitud de ese amor, mas yo ya lo sabia, ya lo he experimentado, el amor de Dios es tan grande como su abandono.

- No te confundas, amor - Me dijo Lilith mientras se sentó en mis piernas, tomando mis manos para cubrir su cintura - él te ama, mas de lo que yo podría amarte.

- Pero - hice como si a ellos les preguntaba - ¿Qué significa realmente el amor de Dios? ¿Hasta donde podemos atenernos a ese amor? ¿Algún día dejará de amarnos?

Mildred contestó a ello con un rotundo no, nunca nos dejará de amar.

- Sí - contradijo Lilith, aunque su respuesta no fue escuchada - sí Lucho, su amor se agotará, en un momento dejará de esperar por ti y sencillamente te dará la espalda. Yo lo sé Lucho, sé lo duro que es su rechazo, su espalda lacera tu cara, la desgarra y tus lagrimas no bastan, cuando él ama, lo hace intensamente, pero cuando deja de hacerlo la fuerza de su rechazo es insondable, profundo, arcano. A eso ustedes han llamado infierno, pero olvídate de las llamas, no existen, olvídate de los castigos, no los hay, solo su repudio, saberte lejos de aquella mirada.

Con mis ojos aterrados le pregunte sin palabras, el momento en que el amor inagotable se evapora. Lilith que sabe interpretar mis ojos me contestó.

- Cuando se acabe tu tiempo de misericordia, es decir, el día en que mueres. De ese día depende si pasaras a gozar de la visión salvifica o estarás entre los desterrados de su corazón. Mira Lucho, quizás ahorita no lo percibas pero si respiras, si aun te mantienes en este plano existencial es sencillamente gracias a su amor, él te está dando otra oportunidad. Aprovéchala.

- ¿Qué tengo que hacer? - dije

- Lo que le toca en su plan mensual - dijo Holvin al escuchar mi pregunta.

Lilith volvió a reír, no lo vuelvo a hacer, Lilith no debería de venir cuando estoy en mi trabajo, ella ya lo sabe.

- Pide un nuevo corazón, uno que ya no me ame y que esté dispuesto a amarle a él de nuevo. - Me dijo, sus ojos acuosos, cual represas contenían aquella lágrima que saldría, me dio un beso y se reincorporó. Avanzó a la puerta que da al jardín y allí me sonrío.

Se quedó todo aquel día en la oficina, yo de vez en cuando levantaba mi rostro del computador y le observaba con tristeza, con cariño y quizás, solo quizás, con amor, como ella decía

- Gracias - le dije. Tome aquel licuado de leche y me senté en una de las bancas. Había mucha gente, muchas conversaciones, muchos abra...

- Gracias - le dije. Tome aquel licuado de leche y me senté en una de las bancas.

Había mucha gente, muchas conversaciones, muchos abrazos y yo me encontraba solo, solo y mis incertidumbres y mi locura, solo con la nostalgia y la melancolía, solo sin nadie más.
El parque estaba colmado de almas, que pasaban de un lado a otro sin observar a aquel extraño que, sentado en un rincón al lado de la concha acústica observaba la cruz del campanario de la Iglesia de San Blas.

Ahí estaba, era un extranjero en la tierra que me vio nacer, Chichigalpa, nadie sabía quién era, no sabían de donde venía ni cuánto tiempo estaría. Nadie me conocía. 

Es increíble como cambia todo en diez años.

Bebí de mi licuado y me recosté, la cruz del templo se mantiene aun erguida en su tenacidad de anunciar la salvación. Una antena sobresalía al lado de ella.

- Es un pararrayos - me dijo.
- Decidiste venir aquí también - le contesté.
- Sí, sabes que siempre que te sientes solo yo aparezco contigo.
- Aunque nunca es a ti a quien espero - le contesté.

Ella sonrió. Le pasé de aquel licuado y le bebió recostándose a mi lado.

- Notaste que el pararrayos es más alto que la cruz - le dije sin dejar de ver aquel campanario.

La gente seguía pasando y muchos se sentaban cerca a aprovechar la señal gratuita del Wi-Fi que aquel parque ofrecía.

- Sí - me dijo ella - así tiene que ser.

Escuchaba unos cánticos procedentes del templo, parecía haber un retiro dentro, un retiro de jóvenes.

- Es un retiro ¿verdad?
- Así parece.
- Ya no me alegra - le dije, ella me observó dándome de nuevo el licuado, yo continué - he luchado por una Iglesia de la cual me siento defraudado, me han dejado solo, me han señalado.
- Lo entiendo Lucho.
- De no ser de haberlo conocido incluso a estas alturas podría dudar que él existe.
- ¿Y dudas, Luchito?
- Ya ha sido un año de su abandono, ya ha sido un año en que él no me ha acompañado, no me ha defendido, en que me ha dejado a las manos de mis adversarios.
- Luis, ¿estás perdiendo tu fe?
- A veces creo que sí. - dije y suspiré.

Los cánticos se convirtieron en oraciones, y su murmullo llegaba hasta donde yo me encontraba. Empecé a llorar.

La gente seguía de largo y nadie me observaba, es mejor, no me gusta que me vean llorar y hablar solo, si estoy loco es cosa sola mía.

Lilith se acercó y me abrazó. Como niño lloré en su hombro, de nuevo. Ya no llevo cuenta de las veces que lo he hecho.

- Sabes, Lucho, - me dijo retirándose un poco - recuerdas el pararrayos.
- Sí - le dije - dime.
- Sin esa antena la Iglesia sufriría mucho ante las tormentas que, como ya sabes, son habituales. El pararrayos está destinado a recibir toda la violencia con tal que su Iglesia siga en pies. El pararrayos mantiene a San Blas viva. 

Me limpió el rostro y me observó a los ojos 

- Los jóvenes que están en ese retiro necesitan a ese pararrayos, aunque no lo saben, ni siquiera lo imaginan. Tú eres un pararrayos, la Iglesia te necesita, aunque te va a doler, ya venciste a la muerte, con él, ¿qué no vencerás?

Quedó en silencio, y como si había hablado de mas.

- Como siempre yo - atinó a decir, se me acercó y me besó. Puso su mano en mi hombro y sonrío apenada.

- Hasta pronto, mi ser- me dijo despidiéndose y se fue tiñendo entre la multitud de personas que venía e iban.

Me quedé como siempre, perplejo por aquel Súcubos y sus hermosos consejos, tan bellos como sus ojos ardientes.


Un estruendo a lo lejos anunciaba la lluvia que se aproximaba mientras aquel retiro dentro proseguía con toda la seguridad que aquel humilde pararrayos brindaba.

Ya no quiero seguir existiendo, la batalla ha matado mis energías y mi esperanza, ya no puedo mas, me rindo ante la vida y ante aquel que ca...


Ya no quiero seguir existiendo, la batalla ha matado mis energías y mi esperanza, ya no puedo mas, me rindo ante la vida y ante aquel que calla, sus mudos labios no han contestado mis plegarias y mi soledad cada ves es mas pesada.

Quilalí es tan vacío, a las diez de la noche todas las personas se encierran en sus habitaciones, cual agorafobicos temen a salir ante la oscuridad nocturna, nadie sabe, sospecha o intuye que deambulo en sus calles cual espanto nocturno o ángel caído. La rotonda frente al puente del Río Jicaro es mi refugio a mis locuras noctambulas.

Ahí en la soledad absoluta, veo el correr del tiempo frente a mis ojos, y el cadáver de mis sueños llevado en procesión hasta el sepulcro del olvido.

- Ya hace mucho que no apareces, me has abandonado a la suerte y a las manos de Lilith quien altera mi cordura y me hace desear la muerte.

Las calles vacías se cubrían de la negra brea de la noche, la oscuridad es apremiante frente a la necesidad de ocultar mis lagrimas, mi rostro desfigurado en una mueca patética y mis manos temblando ante el temor del mas allá.

- ¿Porqué me encomendaste esta misión que me obliga a olvidar mi propio ser? Ya no puedo ante los demonios que me circunda, quieren mi sangre y la han conseguido, quieren mi martirio y ya solo espero el toque de muerte, el jaque mate final.

Un viento frío descendió de las montañas de Quilalí, un silbido terrorífico que susurra a mi oído con un escalofrío el "quod sit ultimum" que he pedido y que ahora temo "veniat mors"

Un espectro avanza con lentitud, sus vestiduras oscuras y su rostro oculto tras un cabello negro, me pongo en pie ante esa figura amenazante, pienso en huir, mas mis pies no reaccionan.

veniat mors escucho nuevamente. Viene la muerte

Dos pasos atrás, no consigo huir, su mano gélida aprieta mi cuello con fuerzas, siento perder mis energías y ceder mi espíritu.

- singulare certamen - dijo elevando mi rostro a su cara - Pelea.

Mi cuerpo se entumecía ante la presión que me impedía respirar, sus ojos luminosos, cual brazas encendidas me observaban desfallecer

- SINGULARE CERTAMEN - gritó con fuerzas, su respiración parecía a la de un toro enfurecido.

Ahí frente al espectro de dos metros de altura que amenazaba con robar mi vida, mis pensamientos se debatían entre ceder mi espíritu muriendo en las manos de aquel desconocido o en luchar por mi vida.

Decidí arriesgarme si de todas formas moriría al menos que sea heroicamente.

Levanté mis manos a la altura de su rostro, mis dedos pulgares los enterré en los ojos incandecentes presionando con todas las fuerzas que cabían en mi pecho, comenzó a gritar de dolor, soltando mi cuello permitiendo mi respiración, caí fuertemente al adoquinado de la calle. El dolor fue insoportable.

Se lanzó sobre mí nuevamente, la adrenalina comenzó a fluir por todo mi ser, tomé sus manos y les sujeté fuerte, ahora que lo recuerdo no logro comprender de dónde saqué aquellas fuerzas.

Golpe tras golpe y la contienda persistía, estaba decidido a quitarme la vida y yo decidido a morir luchando, mi cuerpo cada ves mas lastimado pero las fuerzas se renovaban a cada golpe recibido.
No logro recordar cuantas veces mi rostro fue restregado en las piedras de la calle.

Al fin me sujetó fuertemente, presionando mi pecho, grité de dolor y, sin saber cómo, golpeé con fuerzas su entre pierna con mi rodilla.

Cayó al suelo retorciéndose del dolor.

Tomé una piedra cercana, la levante con intención de lanzarla cuando.

- Lucho, has vencido.

Su voz, no puede ser, es él.

Se puso en pie, despejando su rostro ante mí, esa visión fue celestial, era él, toda la noche fue él.

- Ya no temas mi hijo, has luchado contra mí y has vencido, ahora dime, frente a qué te podrás doblegar.

Quise arrodillarme y llorar a sus pies, quise abrazarle y pedirle que no me deje de nuevo, quise decirle que si él no soy nada, sin embargo mi cuerpo no reaccionaba.

- Hoy es el día en que te he restaurado luchito, hoy es el día en que te preparo, crees que lo que has vivido es duro, la batalla a penas empieza. Ve en paz, y lucha con todas tus fuerzas. Ganaras la guerra que se ha tramado en tu contra y recuerdalo yo mismo lucharé a tu lado.

y con esas palabras desapareció de mi vista mientras a lo lejos, detrás de las montañas de Quilalí el sol de nuevo aparecía.

 - Ya no puedo mas, no quiero vivir mas de esta manera, quiero arrancarme esta mancha de pecado, renovarme nacer de nuevo, arrancar mi coraz...

 - Ya no puedo mas, no quiero vivir mas de esta manera, quiero arrancarme esta mancha de pecado, renovarme nacer de nuevo, arrancar mi corazón y conseguirme uno nuevo, ya que, cuando quiero resistirme el mal que habita en mí es más poderoso y me vence, cuando quiero luchar mi carne se embriaga de los placeres del mal.

La capilla permanecía en silencio, estaba solo yo y la suciedad que Lilith dejó en mi corazón la suciedad que acepté voluntariamente y que tomé hasta saciarme de inmundicia.
La dura sentencia del silencio me avergonzaba, me laceraba completamente, no saberme capaz de lastima.

Unos pasos.

Yo seguía de rodillas en oración, el olor a incienso tan agradable me invitaba a orar, a seguir en mi clamor, mis manos apretadas en un puño en mi frente, mis lágrimas bajando  mojando con su dolor todo mi rostro y mi corazón, contrito, hum
illado sin mas que su dolor profundo.

- Te he profanado - insistía mi oración - he profanado tu templo con mis manos sucias, he profanado tu palabra con mis labios maculados, y tu nombre con mi actuar.

Los pasos se acercaban hasta sentarse al lado mio, no me moví, insistía en seguir de rodillas suplicando perdón suplicando habitar de nuevo bajo su presencia.

Una mano se posó en mi hombro, no lo entendí, su tocar e pareció familiar, conocido.

- Hola - la voz de un anciano, por un momento me molesté, quería seguir de rodillas orando pero la voz insistió - Hola hermano Luis.

Me incorporé y rápidamente limpié mis ojos, respiré profundamente tratando de dibujar en mi rostro una sonrisa forzada.

- Hola herano Luis, disculpe que le interrumpa. - decía aquel anciano ahora sentado a mi lado. - me gustó su predica de hoy, sobre lo que hace llorar a Jesús - decía, en mis adentros la vergüenza aumentó, si este hermano supiera que es un demonio el que ha habitado mi carne durante estos últimos meses no estaría tan feliz de verme.

Es natural, cuando caes no hay aplausos, no hay elogios, solo miradas acusadoras y dedos señalando sin saber que es en esos precisos momentos en que mas necesitamos sus oraciones y apoyo.

Quise decirle que yo no era lo que el creía, quise decirle que soy un vil pecador que no ha podido luchar con sus tentaciones, quise hecharme a llorar al reflexionar sobre la manera en que esa confesión arrancaría el brillo de aquellos ancianos ojos.

- Sabe, le quiero contar la historia de un naufrago - me dijo yo no mencioné palabra, mi garganta seguía afónica después de mi llanto, solo hice un ademán pidiéndole que continuara.

- Cuando te toca navegar a la deriva, en completa soledad, sin agua ni proviciones, la carne empieza a clamar. Tu cuerpo puede resistir el hambre, pero oh! el agua si es un problema. Tienes sed, una sed que interrumpe tu pensar y obstruye tu sano juicio, ¿y sabe cuál es el peor problema de todo hermano Luis?

- Siga - atine a decir, no sabía exactamente hacia donde me quería llevar con esa narración pero e empezó a interesar.

- Que en un naufragio en el mar el agua es lo que abunda, usted quisiera beber toda esa agua, pero no debe hacerlo, el agua salada no es de consumo humano. Si la logra beber lo que sucede con su cuerpo es mas escalofriante, le da mas sed, y empieza a tomar mas, y cada ves quieres mas de esa agua venenosa y nunca te sacias, cada sorbo clama por el próximo hasta que mueres sediento completamente.

- ¿Pero qué hay que hacer ante esa necesidad de beber? - pregunté

- Nada, solo debes de resistir esa tentación que te rodea y clamar a Dios por que llueva y puedas beber un poco de agua pura, mas no intentar beber esa agua salada por muy abundante que sea.

- ¿Y si no llueve?

- No pierdes nada, sabe, eso mismo sucede con las tentaciones de la carne, cuando le pruebas mas le quieres pero nunca te sacia de verdad, como agua salada solo aumenta el deseo con cada ves que lo haces, hasta causarte la muerte, mueres sediento y sin haber experimentado la plenitud de la felicidad, por ello debemos de abstenernos de tomar aunque parezca tan fácil.

- ¿Qué se puede hacer cuando ya se ha probado?

- Clama, clama luchito y yo te responderé, te daré las fuerzas para salir del fondo del abismo al que has caído y renovaras tus energías como las águilas. Te prometo que lloverá para ti agua abundante de gracia y plenitud, pero clama como lo has estado haciendo.

Me abrazó y se puso de pie, empezó a caminar en dirección a la salida del templo, quise detenerle,, quise darle gracias, mas no lo conseguí, sabia que ya estaba empezando a llover de nuevo y quería saborear la gracia que descendía.



Lisa fue a su buzón de correo y solo había una carta. Ella la tomo y la miro antes de abrirla, y noto que nombre y dirección. Ella leyó: Qu...

Lisa fue a su buzón de correo y solo había una carta. Ella la tomo y la miro antes de abrirla, y noto que nombre y dirección. Ella leyó: Querida Lisa: "voy a estar en tu barrio el sábado en la tarde y quisiera verte. Te quiere siempre, Jesús"

Sus manos temblaban mientras colocaba la carta en la mesa. ¿Por que Dios querrá visitarme si no soy nadie especial? También recordó que no tenia nada que ofrecerle, pensando en eso, ella recordó su alacena vacía. "Oh, no tengo nada que ofrecerle. Tengo que ir al supermercado y comprar algo para la cena".

Ella tomo su cartera que contenía C$50.00 "Bueno, puedo comprar pan y embutidos por lo menos". 

Se puso el abrigo y corrió a la puerta. Compró una barra de pan, media libra de jamón y un cartón de leche lo que le dejo con tan solo doce cordobas hasta el lunes. Se sentía bien a medida que se acercaba a su casa con su humilde compra bajo el brazo. "Señorita, por favor, ¿puede ayudarnos?" 

Lisa había estado tan sumergida en sus planes para la cena que no había notado dos figuras acurrucadas en la acera. Un hombre y una mujer, ambos vestidos de andrajos . "Mire señorita, no tengo trabajo y mi esposa y yo hemos estado viviendo en las calles, nos estamos congelando y tenemos mucha hambre y si usted nos pudiera ayudar se lo agradeceríamos mucho".

Lisa los miro. Ellos estaban sucios y mal olientes y pensó que si ellos en verdad quisieran trabajan ya habrían conseguido algo. "Señor, me gustaría ayudarlos, pero soy pobre también. Todo lo que tengo es un poco de pan y jamón, y tendré un invitado especial a cenar esta noche y pensaba darle esto de comer. "Esta bien, comprendo. Gracias de todas maneras. El hombre puso su brazo sobre los hombros de la mujer y Ella los miraba alejarse y sintió mucho dolor en su corazón". "Señor espere". 

La pareja se detuvo, mientras ellas corría hasta ellos. "Por que no toman esta comida, puedo servirle otra cosa a mi invitado" dijo ella mientras le entregada la bolsa del supermercado.

"Gracias. Muchas gracias señorita "Si, Gracias" le dijo la mujer y Lisa pudo ver que estaba temblando de frió. "Sabe, tengo otro abrigo en casa, tome este",le dijo mientras se lo ponía sobre los hombros. Ella regreso a casa sonriendo y sin su abrigo ni comida que ofrecer a su invitado. Se estaba desanimando a medida que se acercaba a la puerta de su casa, pensando que no tenia nada que ofrecer al Señor. Cuando metió la llave en la cerradura noto otro sobre en su buzón.

"Que raro. Usualmente, el cartero no viene dos veces el mismo día". Ella tomo el sobre y lo abrió: 

Querida Lisa: Fue muy agradable verte de nuevo. Gracias por la comida y gracias también por el hermoso abrigo. Te quiere siempre, Jesús.

A veces es difícil encontrar a Dios en las pequeñas cosas que nos rodean, incluso en las personas que a veces nos son desagradables, pero es precisamente ALLÍ donde EL quiere que le encontremos: en cada pequeña y hermosa cosa que esta hecha para nosotros!!!!

"...Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis..." (Mateo 25:40)

Como dijo el Papa Francisco, al final seremos juzgados por Dios en el amor, cuanto hemos amado.
Por supuesto, siempre hay que tener en cuenta que somos justificados, que somos salvados por la gracia, por un acto de amor gratuito de Dios que siempre nos precede. Solos no podemos hacer nada.

La fe es ante todo un don que hemos recibido, pero para dar fruto, la gracia de Dios siempre requiere de nuestra apertura a Él, de nuestra respuesta libre y concreta. Cristo viene para traernos la misericordia de Dios que salva. Se nos pide que confiemos en Él, de responder al don de su amor con una vida buena, hecha de acciones animadas por la fe y el amor.

Queridos hermanos y hermanas, no tengamos nunca miedo de mirar el juicio final; que ello nos empuje en cambio a vivir mejor el presente. Dios nos ofrece con misericordia y paciencia este tiempo para que aprendamos cada día a reconocerlo en los pobres y en los pequeños, para que nos comprometamos con el bien y estemos vigilantes en la oración y en el amor. Que el Señor, al final de nuestra existencia y de la historia, pueda reconocernos como siervos buenos y fieles. Gracias.

La luna había decidido esconderse esa noche, la ausencia de su luz materna explicaba el conflicto de mi alma. Caía una suave brisa y mi c...

La luna había decidido esconderse esa noche, la ausencia de su luz materna explicaba el conflicto de mi alma. Caía una suave brisa y mi cuerpo temblaba de frío, pero aún así seguía caminando, las calles de la ciudad a la cual apodaban León Santiago de los Caballeros se encontraban vacías, vacías como mi corazón... la oscuridad cubría con su angustia exuberante todo cuanto existiese, todo cuanto pudiese llorar, y yo no estaba exento, lloraba...

Paul Walker, de 40 años, será mejor recordado por el público por su amor a la velocidad. Chico de pelo rubio, áspero, con un éxito en taq...

Paul Walker, de 40 años, será mejor recordado por el público por su amor a la velocidad.
Chico de pelo rubio, áspero, con un éxito en taquillas con la famosa franquicia de películas "Fast & Furious" . 
Pero menos conocido es que Walker, quien murió en un trágico accidente automovilístico el sábado, era un cristiano comprometido.

- Usted no me recuerda - me dijo, quise ocultar mi asombro, pero era evidente, no tenia idea quién era esa joven que me atendía. La cocina...

- Usted no me recuerda - me dijo, quise ocultar mi asombro, pero era evidente, no tenia idea quién era esa joven que me atendía.

La cocina del Padre Luis era modesta, con algunos enseres por aquí, otros por allá, no esperaba mas, trabajar en misión en la comunidad de La esperanza del Río Coco, un lugar remoto del país y muy pobre hace que esta sea sin lugar a dudas una de las casas curales que he visitado mas humildes.

En la mesa había un plato recién hecho de gallo pinto, recién puesto frente a mí por aquella joven.

- Su cara me parece familiar - le mentí, no podía recordar quién era.

- Hace dos años usted llegó a San Jerónimo y dio una predica sobre el Amor de Dios, usted quizás no se dio cuenta pero a partir de ese día me interesé mas por la Iglesia, y ahora que ya tenemos parroquia acá en el Río Coco me ofrecí de voluntaria para apoyar al Padre en la cocina.

- Oh, en serio, Pain pain, estoy muy alegre por usted - recuerdo esa misión, de la cual había vuelto muy triste por considerarla un fracaso, habíamos encontrado pocas personas en la comunidad, la mayoría se encontraban en el campo.

- Estoy muy agradecida con usted - me dijo mientras me hacia señas para que comiera la cena que había preparado.

Pocas veces como esa reflexiono acerca de los fracasos en la obra del Señor, con razón escribió el hagiógrafo: Dios escribe rectos en reglones torcidos.

Esa noche, luego de rezar las completas con el Padre Luis, me quedé un momento en el balcón de la casa cural observando la construccion de madera que funge como templo parroquial.

- ¿En qué piensas Yiyo? - reconocí la voz inmediatamente, pero el nombre que me dio me sonó peculiar.

- ¿Ahora me dices Yiyo? - le contesté entre sonrisas.

- Claro, de Luisiyo, ¿ No te gusta?

- No, sí esta bien, todo lo que salga de ti me cae bien.

Y se sentó al lado mio, observando la Iglesia.

- No te sorprendas de ello, no te sientas grande por haber hecho solamente lo que tienes que hacer - me dijo viendo aun la Iglesia.

- Oh... ok

- ¿Recuerdas a Carolina Vilches? - me preguntó observandome a los ojos con ternura.

- Sí.

- Ella fue una de muchas personas que usé para atraerte a mí - me dijo, y recordé como Carol me invitó aquella mañana de marzo a dar clases de catecismo en la Iglesia, para ese momento yo no consideraba la idea de ser cristiano.

- Cierto, tienes razón, no lo había pensado así.

- Haber, hagamos un juego de memoria, ¿a quién mas crees que usé de la misma manera? - dijo tocandome la mano.

- Gema Gomez - recuerdo que yo solo era catequista pero fue ella quien me convenció de entrar al ministerio de jóvenes de la parroquia San Blas.

- Mmmjumm, alguien más, faltan muchas personas, es que Luchuito vos me saliste duro.

- Ajá, Elioth, lastimosamente no recuerdo el apellido, aquel joven lasallista que impartió el retiro donde te conocí por primera ves.

- jajaja, sí, recuerdas qué pensabas de ese joven al principio, que era "fanático de la galleta" porque le gusta mucho hacer oración frente al Santísimo.

Apenado y sonrojado dije - Sí, fui torpe...

- No sabias muchas cosas aun hijo, no te preocupes por eso, pero sigue, falta alguien mas antes de Carolina.

- mm, no se, antes no asistía a la Iglesia.

- Claro, recuerdas a aquel Edward Lindo y su Papa que lleva el mismo nombre.

- Pero ellos son protestantes

- Sí, pero fueron los primeros que te convencieron en tomar una Biblia, jajaja recuerdo las palabras que usó Edward, aunque Lucho, me gusta decirle a él Alex el RockaZero, bueno, Alex te dijo: Vamos a un evento, ahí habrán muchas chicas tuanis!!! jajaja.

- jajaja ese Alex era loco.

- No te me hagas Yiyo, que vos fuiste de buena gana a ver mujeres y cuando estabas dentro viste que era un evento cristiano.

- Pues sí...aunque sabe que antes de ellos hubieron otros que ya habían sembrado en mí.

- Muy bien, vamos haciendo memoria, dime.

- Don Carlos Sarrias, (qepd) fue con él que aprendí a rezar el rosario pequeño, mi mamá me mandaba donde él todas las noches a rezar, era un buen señor, aunque estaba ciego el pobrecito.

- Él aun reza mucho por ti. - me dijo viendo hacia el cielo, sonreí con alegría, saber que ese gran amigo esta arriba rezando por mí es una gran bendición.

- Y qué me decís de Lesbia? - me dijo regresandome los ojos a él.

- Sí, ella me enseñó mucho de la oración, Lesbia Morales es una gran amiga.

- Ella es otra que aún reza por ti.

- Y el padre Guayo.

- Mmmjum, dime del Padre Eduardo Carrillo.

- Con él me enamoré de la liturgia, ese esmero de él me agradaba, aunque a veces presiona mucho, pero es un buen pastor.

- Debes de rezar por él, así como por todos los sacerdotes Lucho.

- Y por el  Padre Luis, es un gran misionero, sabe le vine a conocer cuando ya estaba perdiendo el fuego misionero en mí, ya dos años en el Río me habían cansado.

- El padre Lucho, es una persona muy loable.

- A poco le dices Lucho también a él.

- Claro, si se llama Luis también, además yo le pongo apodos solo a las personas que mas se me acercan, como tú, como RockaZero, como Guayo.

- Como Pedro, Juan, Jacobo...

- Uhhh, si hago esa lista no terminamos, mejor Yiyo, ve a dormir, dando gracias por tantas personas que te han llevado a mí.

- Sí, verdad, ya es noche. - dije estirando mis brazos y entrando a la casa en busca de mi cuarto, él venía conmigo a darme el beso en la frente de buenas noches.

- Da gracias también por Allan - me dijo mientras caminabamos.

- Por Allan? mi padrastro que nos maltrataba?

- Sí, gracias a él tu corazón fue mas noble, tu corazón comprendió lo que es el sufrimiento y está listo para enfrentar mucho mas.

Dijo mientras dandome el beso en la frente se iba...

Esa noche dormí pensando en como Dios mueve las cosas y como se sirve de todo por rescatarnos.

Y tú, ¿quiénes te han llevado a Dios?

- Ve en tu espejo, a quién ves? - me dijó, esa noche la luz en waspam se habia desvanecido, la Iglesia estaba oscura, ya todos habian sali...

- Ve en tu espejo, a quién ves? - me dijó, esa noche la luz en waspam se habia desvanecido, la Iglesia estaba oscura, ya todos habian salido, solo él y yo, sentado a su lado en aquella banca cerca de la puerta, una lampara en mano de una amiga estaba desde afuera iluminandonos.

- No tengo un espejo - le contesté

El sonrió..

- Guicho, te conozco, sabes que te quiero decir, vamos, cierra tus ojos y ve en tu espejo, quién eres ahora?

Lo hice, y confieso, lo hice con miedo, cerré mis ojos y estaba ante mí mismo, ante ese yo en el que m estoy convirtiendo, mi rostro me miraba con soberbia, la ira me invadia como energia pesada y aterrorizante y... no estaba solo.

Abrí mis ojos con miedo.

- Porqué estaba ella ahi? - le pregunté, el me sonrio.

- Desde hace mas de un año yo les uní, lo olvidas, desde hace ma de un año ella esta en ti y tú estas en ella.

Tus pecados son sus pecados, tus oraciones son las suyas tambien, crees que el estar unido es solo un simbolo? No ambos son ante mí una sola cosa...

- O sea que mis pecados tambien le involucran?

- Asi es... cierra tus ojos de nuevo

Y cerre mis ojos, y frente a mi aparecieron nuestras discusiones habituales, nuestros conflictos sin fin, mi enojo, mis palabras fuertes amalgamandose con las suyas, nuestras frustraciones. Abrí mis ojos nuevamente.

- No me habia percatado de esto, porqué esta pasando?

- Cierra los ojos y ve bien.

Nuevamente los cerré, y ahi aparecimos de nuevo, hablando en lugar de amarnos, y al observar mas alla, no estabamos solos, unas manos salian de mis manos, una boca salia de mi boca, un espiritu que reia y blasfemaba contra Dios, y él estaba desde atras observando.

- Pero si tú estas ahi porque no me ayudas, ves a esos demonios lastimandonos, pero tú te quedas desde atras - le reclame abriendo mis ojos, queria levantarme y dejarle ahi, le observe mientras él no apartaba sus ojos de mí, esos ojos que siempre me han enamorado...

- Porqué no me has ayudado en todo este tiempo? - le pregunte casi susurrando

- Porqué no me lo has pedido. Guicho, desde cuando no te arrodillas en serio a pedirme ayuda por tus problemas.

- No quiero molestarte.

- No lo haces, no sabes como ansio ayudarte, como ansio serte de apoyo, Luis, tú eres muy importante para mi pero yo nunca haria algo que tú no me pidas. Ven, estas arrepentido de todo lo que has visto?

Solo asenti.

- Ok, ven, te perdono de esos pecados que reconoces e incluso por esos que te da pena mencionarme, pero se que los hay. Solo te pido un favor.

- Dime..

- Dejame ayudarte, por favor, guicho, cada ves que clames por ayuda, ahi estare para peliar por ti.

Y levantó sus manos y me llenó de su paz, un abrazo fuerte que me recordó que su amor es mas grande que mis pecados. Salimos de ahi, afuera Zoeki, una amiga mia, nos esperaba con su lampara, avanzamos de la Iglesia casi flotando en la gracia.

Todos empezaron a salir, el sonido de sus pasos se confundian con la musica del "Santa Maria del camino" que con leve dificultad...

Todos empezaron a salir, el sonido de sus pasos se confundian con la musica del "Santa Maria del camino" que con leve dificultad entonadan los jovenes del coro.

Mientras en mi silencio interior guardaba las ultimas palabras del evangelio "la paz este con ustedes" repitiendolas para mí una y otra ves, como intentando memorizarla o intentarla entenderlas. Me puse en pies y me dirigi al Lugar Santisimo, sentandome un rato y recostandome en la banca mientras una señora me observaba con rechazo, seguramente criticaba en su interior mi postura irreverente. Repentinamente salió y se fue dejando tras de si un aura de enojo.

Como de costumbre no le puse atencion, muchas veces las personas se centran tanto en lo superficial y olvidan el mensaje principal del Señor.

Frente a aquella arca dorada me interrogaba a mí mismo, "la paz este con ustedes" qué significará aquel saludo? Qué significa para mí, "la paz este con ustedes" no lo entendia. Estaba a punto de ponerme de rodillas cuando.

- La paz este con vos Guicho - fue un saludo que recibi mientras alguien ponia su mano en mi hombro.

- Ah, hola, gracias - le contesté - no espere verte hoy, despues de la ultima vez... me siento avergonzado - recordé con pena.

- Vamos Lucho, tranquilo, no pasa nada, ok, levantate que ya es tarde, la Iglesia ya esta cerrando - me sugirio mientras se ponia en pies, le segui saliendo de la Iglesia, mientras observaba las nuevas imagenes del via crucis de madera que el Padre Floriano habia traido de Miami.

Salimos y empezamos a recorrer Waspam, las calles estaban atestadas de personas entrando y saliendo de los bares, la serie de Beisbol del caribe habia traido muchos visitantes desde laguna de perlas pasando por Mulukuku las minas y Bliwi. Era un desafio transitarla y reconozco que si hubiese salido solo me hubiese dado temor de cualquier asalto, pero con él estoy muy seguro.

- Dime, porqué el saludo "la paz este con ustedes" - tenia que sacar mi duda y él siempre tiene la respuesta para todo.

- Sabes que todos necesitamos de la paz de Dios - dijo mientras un borracho paso golpeandole el hombro - epa, hasta él - refiriendose al que le golpeo, hizo una señal de bendicion y siguio explicandome - la paz de Dios es fruto de su amor, un amor que hecha fuera cualquier temor, sabes el evangelio de hoy la paz la reciben los apostoles cuando estaban...

- Encerrados, con miedo a los judios - contesté

- Exacto, tú tienes mucho miedo, lo sabes

Pense que se referia a andar por las calles en esos momentos, pero no, él nunca es tan superficial como nos gustaria que fuese.

- Esque...

- Sí, recuerdas tu mision, el miedo te esta alejando de tu mision, y lo peor te tienes miedo a ti mismo, no existe mayor enemigo del alma humana que su propio miedo - deteniendose y viendome de frente - tú puedes vencer esa tentacion Luis - me dijo seriamente, sus ojos no eran aquellos tiernos de siempre, eran mas firmes, mas duros - Tienes que vencer.

Lo entendí, sabia a qué se refería.

- No he podido, lo intento pero no puedo - conteste siguiendo el paso, mientras repentinamente se fueron las luces en Waspam, la oscuridad solo era vencida por lo rojo de los cigarrillos encendidos que cual luciernagas aparecian entre la noche.

- Tranquilo, no te he dejado, voy contigo - me dijo mientras tomaba mi mano, cuanta seguridad me daban esas palabras. El apretar de su mano calida me recordaban a las manos de mi padre cuando siendo pequeño la sostenia para pasar las calles.

- Sabes qué necesitas? la paz, necesitas la paz que da Dios para enfrentar esa situacion que te aparta de tu mision, los apostoles cuando recibieron la paz sus miedos fueron hechados abajo, Pedro dejo de pensar en regresar a pescar, Mateo dejo la idea de volver a su puesto de cobrador de impuesto, y tú regresaras a tu trabajo con los jovenes.

Lo entendí, quiero recibir esa paz, me dije a mí mismo.

- Recuerdas aquel alcoholico que me golpeo - preguntó

- Sí, qué sucede, te lastimó - pregunté

- Sí, pero no es su golpe el que me lastimó, es su actitud, la misma actitud que tienes tú, Luis - se que esta molestó, no me ha llamado guicho o lucho como lo hace - pero se qué cambiará eso, verdad - su voz entre la oscuridad se sentia tan cercana, sentí dolor, el saber que lo estoy lastimando...

- Disculpa, necesito esa paz

- Recuerdas como se reza el Padre nuestro en la liturgia - me preguntó

- Sí, levantando las manos.

- Jajaja, y tú por perezoso no la mantienes en alto.

- Si es, que digo, para qué levantarla

- Lo se que piensas asi, recuerdas a Itzel, tu sobrinita?

- Si, dime

- Cómo le pide a tu hermano que le carge?

- Muy lindo, ella levanta la manos inclinandose a él diciendole paito, a lo mejor quiere decir papito.... ahhh, ya entendí que me quieres decir.

- Sí, dime.

- Levantamos las manos para pedirle a Dios, nuestro papito que nos cargue, que nos proteja, que nos ayude...

- Que de su paz... - dijo mientras apretaba mi mano - asi es guicho, que te de su paz, refugiate en Dios, hazlo.

Me dijo Guicho de nuevo, me sentí muy bien que me acerque a él en la oscuridad y con emocion le abrace, su abrazo tan fuerte, seguro, me traslado a la paz que necesitaba, la paz que mi corazon anhela, me lleno de su confianza, de la confianza en mí mismo para dejar mi encierro por miedo, no a los judios, miedo a mí mismo, me instó a regresar a la mision que un dia acepte, me llevo mar adentro.

Mientras le abrazaba el olor a rosas peculiar de su piel me colmo de ternura, en un instante la luz regresó a Waspam con un grito de niños desde sus casas, yo ya estaba en la entrada de AMC y él ya no estaba visualmente conmigo.

Entré y al ver a Don William, el CPF de la casa le di el saludo que habia recibido:

La paz de Cristo este con usted.

Ahi estabamos, él sentado a mi lado, mientras ambos observamos la cruz de la Iglesia morava iluminada por un haz de la luna de aquella no...

Ahi estabamos, él sentado a mi lado, mientras ambos observamos la cruz de la Iglesia morava iluminada por un haz de la luna de aquella noche. A lo lejos se escuchaba el sonido del rio Coco bajar con presura hasta su desembocadura en el cabo. La comunidad de Andris estaba en completo silencio, solo el cielo con sus extrellas iluminaban esa noche, que a pesar de estar vacia, él la colmaba con su ternura.

- A qué le temes - me dijo, un suave viento alboroto su crespo suelto cabello, su mirada no se apartaba de aquella cruz.

- No lo se, a mí mismo - le dije, ya tenia cinco dias en aquella comunidad y por primera ves estaba lo suficientemente solo para escucharlo hablar.

- Eso me gusta de ti - me contestó - eres sincero.

Sonrei, quién mejor que él para conocerme.

- Sabes - continuo - cuando me conociste aquella noche en la Iglesia de Chichigalpa, lo recuerdas? sonrei mucho contigo, no tuviste miedo de hablarme asi con esa tu manera peculiar de decir las cosas... todos se acercan a mí con titulos y nombres, tu me llamaste brother, jajaja, te acuerdas?

- Jajaja, sí, es que tanto habia oido hablar de ti que ya te conocia, me senti en confianza contigo, sabe, ultimamente he temido que me dejes de amar.

- Luis, porqué lo haría?

- vos sabes, te he fallado...

- Calla - me dijo mientras me hechaba el brazo en los hombros - se bien quién eres, precisamente por eso te amo...

- En serio, te traicione - bajando mi rostro le decia, intentado que mis ojos no lloren de nuevo.

- Shuuu, calla ya - abrazandome, me recoste en su pecho, calido, protector, amoroso - Mira aquella cruz, no fue tu culpa, fue porque te amo, nada mas, dejate amar.

Asi quedamos esa noche, él y sus manos limpiando las lagrimass que brotaron de mi corazon. No se a qué hora me quede dormido en su pecho, pero él como siempre me llevo a mi cama y me arropo mientras me daba un beso en la frente de buenas noches.

Caminaba a gran prisa, traia en mi mano una bolsa llena de alimentos que me servirian para la gira de siete dias al Rio Coco que empeza...

Caminaba a gran prisa, traia en mi mano una bolsa llena de alimentos que me servirian para la gira de siete dias al Rio Coco que empezaria el dia siguiente.

La oscuridad me preocupaba, caminar con una bolsa en la infimas sombras de Waspam es invitar a ser asaltado sin siquiera ver el rostro de los atracadores.

Pero la luz del porton de AMC, que a una cuadra iluminaba me daba paz, era como una atalaya que vigilaba su interior.
"que triste que seamos los unicos que tengamos planta electrica en este sector" me dije.

"ya voy  a llegar, tranquilo Luis" me intentaba calmar, es que ser asaltado tres veces en la ciudad de Leon fue suficiente paras darme pavor caminar en la noche en completa soledad.

- Luis, Luis Lira, es usted. - una voz de un joven se escuchó entre las sombras, al momento que me iluminaba una fuerte luz que me segó los ojos.

- Sí, baja el foco que no miro - grité sin saber quién me hablaba. Aquel foco se acerco a mí, divizaba solo la silueta de alguien avanzar detras de él.

- Queria hablar con usted. - Me dijo, insistiendo con aquel foco en mi rostro que ya me tenia desconcertado.

- Baja el foco, que no miro. ¿Dîa ra hilp mai munaia sip sna? - le pregunté, al momento que bajó la luz hacia otra direccion, ahi le pude apreciar bien.

Era un joven delgado de unos trece años, de tes blanca, ojos achinados y cabello crespo que colgaba como resortes suaves de su frente.

- Necesito su ayuda. - me contestó. Aun no le reconocía, era muy tarde y necesitaba hacer maleta, pero olvidadando aquello decidi escucharle, seguamente es algo rapido.

- ¿Man ninam dîa? - Le pregunté una ves que estaba en frente mio.

- Yang nini Raul*l - contestó.

- Dime raul, qué sucede?

- Mire, usted es el pastor de jovenes de la Iglesia verdad. Necesito confesar algo.

- Espera raul, yo no soy pastor y solo el sacerdote puede confesarte. Ve y habla con él.

- Si, lo sé, pero él siempre está ocupado, esto es urgente y siempre me dice que hagamos cita con la secretaria, como si fuese un abogado. No sabe que es un doctor del alma y que la sala de emergencia siempre tiene que estar abierta.

Baje la mirada, tiene razon, tiene mucha razon, eso sucede cuando nos ocupamos de cosas circundantes y nos olvidamos de lo mas importante, el rebaño. Pero en parte el sacerdote tiene razon, tiene muchas responsabilidades. Sin embargo un dia entendí que si el rey Saul no enfrenta a Goliat, yo podria hacerlo.

- No me confieses tus pecados, pero dime porqué es tan urgente lo que me tienes que decir. - Le contesté.

El asintió con la mirada, observó de un lado a otro, como midiendo sus palabras, como elaborando el discurso mas indicado, como practicando en sus adentros las frases que debia decirme.

- Usted dijo el domingo pasado en la Iglesia que Dios ama al pecador aunque aborrezca el pecado, solamente debemos dejarnos amar y la gracia de Dios obrará sobre nuestro pecado, recuerda.

- Asi es, dime.

- Pues..

- Sí, dime.

- Diara tara apia sa. Baha lika diara apia. - contestó encendiendo el foco nuevamente, dandome levemente la espalda.

- Sí tiene importancia, vamos cuantame, que sucede. - le contesté cambiando poco a poco mi tono de voz.

- ok, si Dios ama al pecador, amaria a cualquier pecador, incluso a mí.

- Especialmente a ti, a pesar de todo. Mira Raul, cuando miras la imagen del Cristo en la cruz, qué ves? - le contesté.

- Qué mis pecados estan haciendo sufrir a Jesus, que es por mi culpa que está ahi.

- Te equivocas, él está ahi por que te ama, sencillamente, Jesus en la cruz te dice, Raul, te amo, ya pague el precio de incluso eso de lo que estas arrepentido, solo liberate del pecado y la culpa y deja que mi amor te transforme, dejate amar.

- Pero cómo me amará si lo que me pasa es malo.

Comprendí con la frase "lo que me pasa" que Raul no ha cometido un pecado, quizas esta atrapado en una condicion de pecado o considerada asi. En Waspam es muy frecuente que los enfermos sean atendidos por los Sukias, una especie de medicos de hierbas, con la diferencia que invocan espiritus y son estos los que segun la cultrua obran la sanacion. Esta actividad la iglesia la considera pecado o rito satanico, sin embargo es una forma de medicina llamada cultural que atiende enfermedades culturales. En ningun sentido es pecado porque segun la religion original a quien invocan es a Prahaku "el Espirtu de Dawan, o sea El Espirtu de Dios" (Espiritu Santo?) no a un demonio. Pensé en ese momento que Raul estaria enfermo y visitaba a uno de estos medicos tradicionales, por consiguiente se tenia por pecador. Muchas enfermedades comunes de la region son entendidas como pesesiones de los espiritus inferiores la mas comun en la Liwa Mairym, un espiritu de mujer que seduce a los hombre por las noches haciendo que tengan sueños humedos con ella, segun la tradicion esa posecion es comun en los jovenes, y si no es limpiado por un Sukia no habria forma de curarle.

- Mira raul, descubre todo lo que tengas dentro, necesitamos que lo saques, sabes, yo regreso en una semana, espero verte el domingo 12 de diciembre en la Iglesia, ahi podemos ayudarte mejor.

- El domingo, a qué hora?

- Despues de misa.

- Ok, mire, entonces Dios me ama a pesar de todo.

- Dios te ama siempre.

- Incliuso ama a los homosexuales..? - dijo mientras se retiraba.

Encendió su foco y se adentro en la oscuridad de donde habia salido.

- Si raul, incluso a ellos.

- Tingki pali - se despidio.

Avanzó entre las sobras, solo divise su foco y aquella silueta que se perdia en la oscuridad, marchandose dejando tras de sí una suave brisa de esperanza.

- Tranquilo raul, la homosexualidad es el pecado, el homosexual es el pecador que ama Dios, especialmente. Dije a las sombras depediendome de aquel joven.


* El nombre fue cambiado.

- Plun  ai daukisa - Me dijo... le observe con trsiteza, en mis bolso traia solamente una Biblia y un recipiente con un sandwish que seri...

- Plun  ai daukisa - Me dijo... le observe con trsiteza, en mis bolso traia solamente una Biblia y un recipiente con un sandwish que seria mi almuerzo...

- Plun wiria aik - insistio extendiendo su mano gastada y sucia.

- Quiere comida - me dijo Zoe, creyendo que no entendia el lenguaje del hambre y la necesidad, el lenguaje de Dios...

Me recoste en un costado del vehiculo de la parroquia, una land cruiser blanca, polvosa despues del viaje de siete horas para llegar hasta esta comunidad remota y distante de todo lo que conocemos, una comunidad sumergida en el espeso bosque de pinos de la Costa Atlantica, rica y abundante de verde y azul de la laguna que le da su nombre: Bismonah.

Ante tanta mejestuosidad creada estaba aquella mano inquiriente hacia mi, una mano temblorosa y fragil por la vejes y la desnutricion, una mano que ha transformado a muchos y que en frente mio solicita un suspiro mas para vivir.

Abri mi bolzo, con la esperanza que Zoe se me adelantara... no lo hacia, poco a poco sacaba el unico sandwish que se me habia ocurrido traer... "Zoe, dale algo de lo que vos andas..." solicitaba mi yo egoista... Zoe solo me miraba...

Tome con dolor aquellos pedazos de pan y mortadela, con el queso amarrillo tentandome y el trozo de lechuga riendose de mi... le tome y con dolor de parto se lo di...

Se lo di, aunque no le queria soltar... por fin le solte y aquella anciana cubierta de retazos curtidos de ropa, con aquel cabello cano alborotado y su piel reseca y marchita sonrio, sonrio y en un pazo corrio con él en mano...

- Uba tingki, Uba tingki...- dijo y se perdio entre los caminos entrecurzados de aquel pueblo que me empezaba a recibir.

- Kaiki was - le gite mientras se perdia...

- Luis, ya sabes misquito - me dijo Zoe con su expresion de sorpresa y agrado.

- Yang Miskitu bîla lan takaia want - le conteste.

- Le estas haciendo muy bien si..- me respondio.

- No mucho, hay cosas que uno entiende con tan solo ver a lo ojos a las personas - le afirme - la verdad a ella no e entendia ni una palabra, pero al verle los ojos, esos ojos de necesidad y dolor, entendi que sucedia.

- Si, parece que la cosecha estubo mal este año por las inundaciones, por eso esta comunidad esta tan necesitada y ellos saben que no pueden abusar de los peces de la laguna, si lo hacen Dawanki se alejara de ellos. - explicaba Zoe, aquella joven que no queria asistir a los cultos que haciamos hace un año, pero que un dia en su soledad conocio a aquel Dios que con muchas palabras le queria presentar.

- Esta es nuestra mision Zoe, ese es el Cristo que debemos de predicar, este es el Cristo que necesitamos descubrir, esa señora que nos recibio, sencillamente era un disfraz mas de Jesus que queria comprobar que tan fuerte es nuestro espiritu ante esta mision que hoy empezamos.


Luis Alberto Lira. Waspam 05/05/11

Utopia Universal.

La mision de jovenes en Bismonah empezo el Jueves 05/05/11 y culmina el domingo a las diez de la noche, suplico sus oraciones por todos ellos.

"El mismo que a Pedro llamo..." - Amor está sonando tu celular - me dijo mi esposa levantando su rostro de aquel libro de gin...

"El mismo que a Pedro llamo..."

- Amor está sonando tu celular - me dijo mi esposa levantando su rostro de aquel libro de gineco-ostetricia que leía una y otra vez.

“A soltar sus redes y andar,
El que a lázaro un día lloro...”

- Si amor, espera que cierre el facebook... - le dije, unos mensajes iban y venían y mi rostro se fijaba en aquella pantalla con fascinación mientras aquel celular proseguía la canción de son by four cada vez con mayor intensidad.

"Aquí esta Jesús, aquí está el cordero..."

- Amor... - con la entonación y la mirada adecuada...

- Ok pues ya contesto - dejando la laptop en la cama me levante hacia la mesa de noche y tome aquel celular.

"Jonás"* decía el nombre de contacto.... que querrá ahora, me dije a mi mismo mientras tomaba los audífonos y los conectaba al celular.

- Que paso Jonás, que cuenta guarogalpa - le dije haciendo alusión a Chichigalpa, nuestra ciudad natal.

Desde el otro lado se escuchaba solamente una respiración profunda y pausada.

-¿Jonás, estas bien? - pregunte mientras mi esposa volvía el rostro hacia mí.

- Gracias, hermano, gracias - una vos carrasposa, se escucho, era fácil imaginar las lagrimas que corrían por aquel rostro

- ¿Jonás, que sucede? - le pregunte, sin mucho interés, sin mucha prisa, sentándome y ubicando mis manos nuevamente al teclado de aquella PC que me aguardaba con globos de mensajes de otras amistades.

- Recuerdas que me prometiste que orarías por mi - me dijo, le recuerdo, Jonás serviría de catequista en un retiro de evangelización en Chichigalpa, donde decenas de jóvenes conocerían por primera vez el rostro de Jesús, recuerdo la aflicción del mismo y lo incapaz que se sentía para servir de profeta de altísimo.

"No temas delante de ellos porque Yave tu Señor está contigo para librarte" Le dije esa ves recordando el llamado de Jeremías siendo aun joven.

- Si Jonás dime, ¿qué sucedió? - le dije con un poco de vergüenza, prometí orar por ese retiro, sin embargo, entre una y otras cosas se me olvido poner esas intenciones en mis oraciones. Además, después de recordar la actitud de los jóvenes de Chichigalpa frente al Señor sinceramente sentí lastima por ellos.

"Hay más jóvenes de la pastoral en la disco de moda que en la iglesia, comulgan mas con el ron que con el cuerpo de Cristo, y el amarse los unos a los otros para ellos es amarse los unos sobre las otras" recuerdo haber dicho una ves

- Hoy Jesús me pidió que no buscara  las cosas de Dios, sino Dios mismo - respondió Jonás - Como catequista tuve un verdadero encuentro con él, las palabras que decía en la predica no eran para ellos, eran para mí. - dijo Jonás llorando - El Señor me recordo que a pesar de mis pecados ¡ME AMA!!!

En ese momento se me erizó la piel... "A pesar de mis pecados ME AMA" fueron aquellas palabras de Jonás que entraron en mi mente y recorrieron mis entrañas.

Cerré la laptop y me recosté en la cama sin dejar de ver aquella cruz que colgaba de mi cuello...

- Mira Lira - dijo Jonás, como muchos que me conocen más por mi apellido que por mi nombre, algunos incluso creen que Lira es un nombre - la verdad antes de ese retiro yo me sentía indigno de él, no te lo mencione pero tus palabras me llenaron de confianza, a pesar de lo que he sido, el Señor me usa como instrumento santo en sus manos.

Yo me quedaba en silencio, pena de mis juicios había olvidado que el Señor hace llover sobre justo y pecadores, aunque se esmera más por los pecadores. En mi trabajo, en mi vida he querido dar la apariencia de hombre de Dios, pero mientras escuchaba a Jonás me daba cuenta que mi corazón pecador estaba oculto en ese disfraz de santo que intento mantener.

- Yo, Lira, soy indigno de ese amor, pero me ama, eso es lo mágico, inimaginable, increíble. Yo le pregunte en un momento de oración: Señor quien soy yo para que te acuerdes de mi, El solo me menciono: eres mi hijo, mi amado, en quien tengo mis complacencias, déjate amar...

Es ese el primer amor, me dije a mi mismo recordando mi primer encuentro con aquel amor verdadero.

- ¿Y sabes una cosa, Lira? ¡Jesús me ama!!!

Empecé a llorar... mi esposa levanto la vista del libro y me observo en silencio, sin acercarse, sin decir nada, me observo, yo baje el rostro por vergüenza de aquellas lagrimas...

- Sabes algo Jonás - le dije conteniendo mi voz - es fácil juzgar a los jóvenes, pero es difícil comprenderlos e imposible para muchos amarlos. Empezaste dándome gracias, sin embargo yo te doy gracias, me recordaste aquel primer amor, ese amor que experimentas, como si de tu novia se tratase, no dejes que la rutina lo canse, auméntalo, no lo abandones y nunca, nunca te conformes.

- Gracias Lira, pasa buenas noches y gracias por todo.

- No Jonás, gracias a ti, y a Dios que nos ama.

Y vi como se cortaba la llamada mientras contemple a mí alrededor... recordé lo que decía Juan Bosco:

"No hay joven malo, solamente nadie le ha enseñado como ser buenos"

Hay que enseñarles... y usted lector... ¿me ayuda?