
- A qué le temes - me dijo, un suave viento alboroto su crespo suelto cabello, su mirada no se apartaba de aquella cruz.
- No lo se, a mí mismo - le dije, ya tenia cinco dias en aquella comunidad y por primera ves estaba lo suficientemente solo para escucharlo hablar.
- Eso me gusta de ti - me contestó - eres sincero.
Sonrei, quién mejor que él para conocerme.
- Sabes - continuo - cuando me conociste aquella noche en la Iglesia de Chichigalpa, lo recuerdas? sonrei mucho contigo, no tuviste miedo de hablarme asi con esa tu manera peculiar de decir las cosas... todos se acercan a mí con titulos y nombres, tu me llamaste brother, jajaja, te acuerdas?
- Jajaja, sí, es que tanto habia oido hablar de ti que ya te conocia, me senti en confianza contigo, sabe, ultimamente he temido que me dejes de amar.
- Luis, porqué lo haría?
- vos sabes, te he fallado...
- Calla - me dijo mientras me hechaba el brazo en los hombros - se bien quién eres, precisamente por eso te amo...
- En serio, te traicione - bajando mi rostro le decia, intentado que mis ojos no lloren de nuevo.
- Shuuu, calla ya - abrazandome, me recoste en su pecho, calido, protector, amoroso - Mira aquella cruz, no fue tu culpa, fue porque te amo, nada mas, dejate amar.
Asi quedamos esa noche, él y sus manos limpiando las lagrimass que brotaron de mi corazon. No se a qué hora me quede dormido en su pecho, pero él como siempre me llevo a mi cama y me arropo mientras me daba un beso en la frente de buenas noches.
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