Caminaba a gran prisa, traia en mi mano una bolsa llena de alimentos que me servirian para la gira de siete dias al Rio Coco que empeza...

Aun asi me ama?

Caminaba a gran prisa, traia en mi mano una bolsa llena de alimentos que me servirian para la gira de siete dias al Rio Coco que empezaria el dia siguiente.

La oscuridad me preocupaba, caminar con una bolsa en la infimas sombras de Waspam es invitar a ser asaltado sin siquiera ver el rostro de los atracadores.

Pero la luz del porton de AMC, que a una cuadra iluminaba me daba paz, era como una atalaya que vigilaba su interior.
"que triste que seamos los unicos que tengamos planta electrica en este sector" me dije.

"ya voy  a llegar, tranquilo Luis" me intentaba calmar, es que ser asaltado tres veces en la ciudad de Leon fue suficiente paras darme pavor caminar en la noche en completa soledad.

- Luis, Luis Lira, es usted. - una voz de un joven se escuchó entre las sombras, al momento que me iluminaba una fuerte luz que me segó los ojos.

- Sí, baja el foco que no miro - grité sin saber quién me hablaba. Aquel foco se acerco a mí, divizaba solo la silueta de alguien avanzar detras de él.

- Queria hablar con usted. - Me dijo, insistiendo con aquel foco en mi rostro que ya me tenia desconcertado.

- Baja el foco, que no miro. ¿Dîa ra hilp mai munaia sip sna? - le pregunté, al momento que bajó la luz hacia otra direccion, ahi le pude apreciar bien.

Era un joven delgado de unos trece años, de tes blanca, ojos achinados y cabello crespo que colgaba como resortes suaves de su frente.

- Necesito su ayuda. - me contestó. Aun no le reconocía, era muy tarde y necesitaba hacer maleta, pero olvidadando aquello decidi escucharle, seguamente es algo rapido.

- ¿Man ninam dîa? - Le pregunté una ves que estaba en frente mio.

- Yang nini Raul*l - contestó.

- Dime raul, qué sucede?

- Mire, usted es el pastor de jovenes de la Iglesia verdad. Necesito confesar algo.

- Espera raul, yo no soy pastor y solo el sacerdote puede confesarte. Ve y habla con él.

- Si, lo sé, pero él siempre está ocupado, esto es urgente y siempre me dice que hagamos cita con la secretaria, como si fuese un abogado. No sabe que es un doctor del alma y que la sala de emergencia siempre tiene que estar abierta.

Baje la mirada, tiene razon, tiene mucha razon, eso sucede cuando nos ocupamos de cosas circundantes y nos olvidamos de lo mas importante, el rebaño. Pero en parte el sacerdote tiene razon, tiene muchas responsabilidades. Sin embargo un dia entendí que si el rey Saul no enfrenta a Goliat, yo podria hacerlo.

- No me confieses tus pecados, pero dime porqué es tan urgente lo que me tienes que decir. - Le contesté.

El asintió con la mirada, observó de un lado a otro, como midiendo sus palabras, como elaborando el discurso mas indicado, como practicando en sus adentros las frases que debia decirme.

- Usted dijo el domingo pasado en la Iglesia que Dios ama al pecador aunque aborrezca el pecado, solamente debemos dejarnos amar y la gracia de Dios obrará sobre nuestro pecado, recuerda.

- Asi es, dime.

- Pues..

- Sí, dime.

- Diara tara apia sa. Baha lika diara apia. - contestó encendiendo el foco nuevamente, dandome levemente la espalda.

- Sí tiene importancia, vamos cuantame, que sucede. - le contesté cambiando poco a poco mi tono de voz.

- ok, si Dios ama al pecador, amaria a cualquier pecador, incluso a mí.

- Especialmente a ti, a pesar de todo. Mira Raul, cuando miras la imagen del Cristo en la cruz, qué ves? - le contesté.

- Qué mis pecados estan haciendo sufrir a Jesus, que es por mi culpa que está ahi.

- Te equivocas, él está ahi por que te ama, sencillamente, Jesus en la cruz te dice, Raul, te amo, ya pague el precio de incluso eso de lo que estas arrepentido, solo liberate del pecado y la culpa y deja que mi amor te transforme, dejate amar.

- Pero cómo me amará si lo que me pasa es malo.

Comprendí con la frase "lo que me pasa" que Raul no ha cometido un pecado, quizas esta atrapado en una condicion de pecado o considerada asi. En Waspam es muy frecuente que los enfermos sean atendidos por los Sukias, una especie de medicos de hierbas, con la diferencia que invocan espiritus y son estos los que segun la cultrua obran la sanacion. Esta actividad la iglesia la considera pecado o rito satanico, sin embargo es una forma de medicina llamada cultural que atiende enfermedades culturales. En ningun sentido es pecado porque segun la religion original a quien invocan es a Prahaku "el Espirtu de Dawan, o sea El Espirtu de Dios" (Espiritu Santo?) no a un demonio. Pensé en ese momento que Raul estaria enfermo y visitaba a uno de estos medicos tradicionales, por consiguiente se tenia por pecador. Muchas enfermedades comunes de la region son entendidas como pesesiones de los espiritus inferiores la mas comun en la Liwa Mairym, un espiritu de mujer que seduce a los hombre por las noches haciendo que tengan sueños humedos con ella, segun la tradicion esa posecion es comun en los jovenes, y si no es limpiado por un Sukia no habria forma de curarle.

- Mira raul, descubre todo lo que tengas dentro, necesitamos que lo saques, sabes, yo regreso en una semana, espero verte el domingo 12 de diciembre en la Iglesia, ahi podemos ayudarte mejor.

- El domingo, a qué hora?

- Despues de misa.

- Ok, mire, entonces Dios me ama a pesar de todo.

- Dios te ama siempre.

- Incliuso ama a los homosexuales..? - dijo mientras se retiraba.

Encendió su foco y se adentro en la oscuridad de donde habia salido.

- Si raul, incluso a ellos.

- Tingki pali - se despidio.

Avanzó entre las sobras, solo divise su foco y aquella silueta que se perdia en la oscuridad, marchandose dejando tras de sí una suave brisa de esperanza.

- Tranquilo raul, la homosexualidad es el pecado, el homosexual es el pecador que ama Dios, especialmente. Dije a las sombras depediendome de aquel joven.


* El nombre fue cambiado.

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