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- Te estás poniendo viejo, Lucho – escuché. Era aquella voz que hace casi dos años me dijo adiós mientras se perdía en aquel pasill...


- Te estás poniendo viejo, Lucho – escuché.

Era aquella voz que hace casi dos años me dijo adiós mientras se perdía en aquel pasillo oscuro del que fue mi cuarto.

Dejé el teclado de mi compu y me giré hacia ella. Estaba en un rincón de mi oficina, sentada en una de las sillas de espera, con sus piernas cruzadas y su mano derecha sosteniendo su mentón, su mirada, aquellos ojos verdes, aquellos pequeños ojos verdes me observaban desde un rostro frio.

- ¿Así lo crees? Lilith – le pregunté.

Ella sonrió, una extraña sonrisa tenue que me causó desagrado.

Se levantó y se dirigió a la salida de mi oficina, abriendo la puerta me contesta:

- Es normal, estamos a mediados de enero. Todos los eneros te hace cambiar de expresión.

Y salió, me levanté tras de ella, tenía la certeza que quería que le siguiera, de otra forma no hubiese abierto la puerta, ella solo hubiera salido, a como lo hizo de mi vida.

Salí, diciéndome a mí mismo “no era ella” “aquellos ojos hermosos, no era ella”

La vi caminar hacia el patio posterior de la oficina, sentándose en un montículo que otrora fungía de base de un tanque de agua. Yo, fingiendo que recibía una llamada, fui tras ella, me senté a su lado. Ella, poniéndose unas gafas negras me dijo.

- ¿Recuerdas aquella foto del año pasado? – inmediatamente recordé una foto que ella me dijo entre bromas que no le gustaba, según  comentaba, en esa fotografía me miraba más viejo de lo normal.
Ese día fue gracioso, ella, después de ver la foto me observó y me dijo “pero si estas viejo, la foto dice la verdad". Ambos reímos.

- Lo recuerdo, me dijiste que estoy viejo.

- Pero no lo estás, bueno – sonriendo con picardía- no tan viejo a cómo te ves en cada enero.

- Quizás sea el viento, sabes, en enero hay mucho viento, se me reseca la piel, solo digo.

- Lucho, te vi a inicios de diciembre, lleno de esperanza, de expectativas, haciendo planes de recuperar tu vida, de volver a ser lo que eras, creías que, quizás, si tu plan funcionaba todo estaría bien.

Solo le deje hablar, no sabía hacia donde me quería llevar con esta conversación.

- Pero mírate, tu rostro, tu expresión, la de hoy, no es la misma que la de diciembre. Es como si cada diciembre entregas toda tu energía y en enero, ya consumido por la realidad te quedas vacío de nuevo.

- Lilith…

- Lucho, solo acéptalo, deja ir el pasado, y comienza a organizar tu vida, tu futuro.


- ¿Estarás ahí?

- No, ¿lo olvidas? Adiós – dijo mientras apuntaba hacia el jardín que está justo en la parte posterior de mi oficina.

Nunca lo veo porque se mantienen las ventanas cerradas, no había notado las flores que rodeaban a un pequeño cactus que crecía en su tiesto sin cuidado alguno, un pequeño cactus que empezaba a florecer.

No estaba seguro si era ella. Sus ojos eran diferentes, más grandes, más hermosos, ocultos detrás de unos lentes que magnificaban su ta...



No estaba seguro si era ella. Sus ojos eran diferentes, más grandes, más hermosos, ocultos detrás de unos lentes que magnificaban su tamaño.

Su cabello entre liso y crespo ondulaba con el viento cuando le deja soltar, su sonrisa detrás de aquellos labios pequeños era fascinante y misteriosa, era ingenua pero inteligente, sin aquella picardía característica, sin aquella maldad escondida. Hasta parecía bondad.

¿Era ella? Y si no lo era ¿Cómo entró a mi habitación a puertas cerradas mientras yo dormía? Y si era ella, ¿Porqué decidió regresar después de nuestro contundente adiós?

Yo solo me senté al lado de mi cama y le sonreí, ella rió también.
Me levanté, me dirigí al baño, ella ahí quedó, sentada en aquella silla al lado del armario.

Benji, mi perro, vino detrás de mí. Me sorprendió que no se inmutó ante su presencia. Es como si Benji la conocía. Hasta me pareció que le agradaba.

Por un momento pensé para mí, ”es hermosa" y sí, lo era. Estaba ataviada en una pijama amarilla con dibujos de unas plantas, que se ceñía a sus caderas delineando su cuerpo.

Es linda, pero es diferente. El rojo era su color, y las ropas transparentes su atuendo a estás horas, sin embargo la que estaba en mi habitación era más dulce, más tierna.

Cuando regresé ella ya no estaba, Benji se fue a acostar debajo de la silla que otrora ocupaba, mientras un aroma, discreto pero agradable llenó mi cuarto

¿Era ella? Y si no lo era, ¿Porqué mi corazón se siente tan bien con aquella visita?
No, no era ella, pero, si lo era, ¿Porqué no decidió quedarse como antes? Y se marchó.... como la última vez.

Quizás ella sea otra persona y quizás yo sea otro Luis.





Me levanté a buscarla,  era imposible, ya se había marchado confundida con la tinta negra que la noche derrama. La noche en vela...

Me levanté a buscarla, 
era imposible,
ya se había marchado confundida con la tinta negra que la noche derrama.


La noche en vela recordando cada palabra, 
cada equivocación.
“¿Y si realmente la necesito?” 
La duda que invadió mis maquinaciones.

Necesitar el frío para anhelar el calor, 
necesitar el abandono para desear la cercanía, 
clamar por incertidumbre cuando necesitamos la fe.

Realmente necesito que aquel espectro oscuro y luminoso irradiara su llanto para experimentar la alegría.

Ya no soy el mismo. 
Y tengo que reconocerlo, 
estos años con Lilith marcaron realmente mi vida.

Salí al área del lavado, 
en el patio embalsado de la casa. 
Ahí me recosté en la humedad de aquel piso sucio con la esperanza de que apareciera, 
como lo hizo en Quilalí, 
como lo hizo en Waspam cuando igual a esta ocasión terminamos.

No lo hizo.
No lo hizo y me he percatado sólo.
Sólo y la esperanza que aquella que me llevaba al averno vuelva para volver con ella al cielo.

- No Lilith, no es suficiente. Ella se levantó de su silla y se acercó a mí, sentose al lado de mi cama y sonrió con tristeza. ¡Cuánto me du...

- No Lilith, no es suficiente.

Ella se levantó de su silla y se acercó a mí, sentose al lado de mi cama y sonrió con tristeza.

¡Cuánto me duelen esas sonrisas!

Tomó un mechón de su cabello que ya cubría su rostro frío y se lo acomodó detrás de su oreja.

- Listo, me voy entonces. - me dijo sin ver mi rostro, así huyendo su mirada, reflejos de un corazón roto.


- No sé - conteste, solo quería decir la primer palabra pero el orgullo sumó la segunda.

La casa estaba en silencio y las chicas de los demás cuarto de aquel alquiler seguramente dormían.

Lilith se reincorporó, acomodando su vestido negro como el cielo nocturno, sin verme sólo hizo un ademán de despedida con su mano izquierda.

- Espera – Creí haber dicho, tan sólo fue un pensamiento sofocado por el ego machista que destroza mi consciencia.

- Adiós Luis. – me dijo.

“Yo no soy Luis para ti, nunca me has llamado por ese nombre” pensé lleno de angustia pero no salían palabras de mi boca .

Entendí que mi nombre en ese momento significa un adiós rotundo e indefinido.

Y así, sin mas se retiró por aquella puerta cerrada mezclándose con las penumbras del pasillo.

Esa noche se marchó, y hoy he vuelto a estar sólo completamente, deseando recuperar la compañía de aquel espectro que una madrugada de abril apareció en mis pesadillas y habitó en mi lucidez. 


- No lo hagas – me dijo – creerán que estás loco. - ¿A qué te refieres? – pregunté observándola a los ojos - A eso – contestó refiriéndose a...

- No lo hagas – me dijo – creerán que estás loco.
- ¿A qué te refieres? – pregunté observándola a los ojos
- A eso – contestó refiriéndose a mi rostro.
El agua caía bañando su cabello negro el cual se escurría sobre sus hombros.
- Aun no te entiendo – frunciendo mi ceja en señal de confusión.
- Lo sigues haciendo, la gente te observa desde sus ventanas, esa señora ya está dudando de tu cordura.
- Ah, ¿te refieres a ir hablando contigo? Tranquila, por eso llevo los audífonos puestos, creerán que hablo por teléfono.
- No, no es eso, es a lo demás.
La lluvia se hacía más intensa, haciendo que una canaleta del techo por donde pasábamos arrojara un chorro fuerte de agua como si una ducha se tratara, no resistí la tentación y me abalance bajo él, bañándome por completo de aquella agua fría y agradable.
Lilith me observó unos pasos atrás cruzando sus brazos y agitando su pie impaciente y molesta.
- Listo Lucho, no me acuses a mí si luego la gente de Chinandega comience a señalarte por las calles o llamen al manicomio.
- Vamos Lilith, sigo sin entenderte.
- ¿Te das cuenta que estas completamente mojado?
- Si…
- ¿Y que está lloviendo a cantaros?
- Aja… estamos en invierno, es normal.
- Ok, y lo estas disfrutando.
- Claro
- A eso me refiero.
Lilith se recostó en la pared mientras yo seguía bajo el chorro de agua que cual cascada caía sobre mí diluyendo mi estrés.
- Lucho, la gente normal huye de la lluvia, se compra paraguas, esperan en un bajarete a que pase, o sencillamente no sale. La gente normal no disfruta mojarse, cuando eso sucede maldicen la lluvia, las nubes y al “estúpido clima” se encolerizan incluso con Dios acusándoles por el frio que sienten. Mientras tú te bañas como si fueras un niño, arruinando tus zapatillas, tu ropa y tu peinado, y lo peor sonríes, ¡Estas sonriendo!
- Claro Lilith, ¿Por qué tendría que rechazar este maravilloso regalo? La oportunidad de ser niño de nuevo, andar por ahí mojado sin que nadie te diga que luego te vas a enfermar, ¡dejar que el espíritu juvenil salga!
- ¡Ay Luchito!
- Vamos Lilith, mejor ven acá que aquí hay espacio. Que la gente crea que estoy loco, de todas formas las mejores personas lo estamos. Además que mayor locura puede haber que la de aquel hombre que disfruta vivir con aquella que le puede hacer morir.
Lilith sonrió maléficamente y se acercó a brincar bajo la lluvia, siguiendo por las calles en búsqueda de un mejor chorro de agua que nos quitara el estrés de sabernos vivos.

Cuando las luces se vayan apagando y la oscuridad gobierne mi nada quiero que estés ahí ahí con tu mirada tu perfume de azahar y l...

Cuando las luces se vayan apagando
y la oscuridad gobierne mi nada
quiero que estés ahí
ahí con tu mirada
tu perfume de azahar
y la certeza de tu amor.

Cuando me reduzca a polvo
a lamentos y llantos
cuando se evapore la ultima lagrima
cuando se marchite la flor
quiero que estés ahí
cual bálsamo agradable 
confortando mis dolores
rearmando mi existencia
escribiendo mi epitafio
ahí, en donde te necesito
ahí, en donde solo tú bastas.

Cuando mi nombre sea olvidado
y mis palabras se vayan con el viento
cuando mi rostro marchito 
ya no aparezca en las memorias del olvido
quiero que estés ahí,
ahí contando mi leyenda
ahí recitando mis poemas
ahí resurgiendo mis sueños.

Cuando ya la vanidad se agote
y se espume como las olas mi ser
quiero que estés ahí
tú rostro imprimiendo en el mio
tu sonrisa y tu mirar
tu corazón habitando en mi pecho
y tu amor purificando mi infidelidad.

Quiero que estés ahí
trasmitiendo mis anhelos a una nueva generación
cumpliendo mis sueños en los que vendrán
y animando a otros 
con la dedicación de un amigo
con el ímpetu de un platónico amor.

Ya no quiero seguir existiendo, la batalla ha matado mis energías y mi esperanza, ya no puedo mas, me rindo ante la vida y ante aquel que ca...


Ya no quiero seguir existiendo, la batalla ha matado mis energías y mi esperanza, ya no puedo mas, me rindo ante la vida y ante aquel que calla, sus mudos labios no han contestado mis plegarias y mi soledad cada ves es mas pesada.

Quilalí es tan vacío, a las diez de la noche todas las personas se encierran en sus habitaciones, cual agorafobicos temen a salir ante la oscuridad nocturna, nadie sabe, sospecha o intuye que deambulo en sus calles cual espanto nocturno o ángel caído. La rotonda frente al puente del Río Jicaro es mi refugio a mis locuras noctambulas.

Ahí en la soledad absoluta, veo el correr del tiempo frente a mis ojos, y el cadáver de mis sueños llevado en procesión hasta el sepulcro del olvido.

- Ya hace mucho que no apareces, me has abandonado a la suerte y a las manos de Lilith quien altera mi cordura y me hace desear la muerte.

Las calles vacías se cubrían de la negra brea de la noche, la oscuridad es apremiante frente a la necesidad de ocultar mis lagrimas, mi rostro desfigurado en una mueca patética y mis manos temblando ante el temor del mas allá.

- ¿Porqué me encomendaste esta misión que me obliga a olvidar mi propio ser? Ya no puedo ante los demonios que me circunda, quieren mi sangre y la han conseguido, quieren mi martirio y ya solo espero el toque de muerte, el jaque mate final.

Un viento frío descendió de las montañas de Quilalí, un silbido terrorífico que susurra a mi oído con un escalofrío el "quod sit ultimum" que he pedido y que ahora temo "veniat mors"

Un espectro avanza con lentitud, sus vestiduras oscuras y su rostro oculto tras un cabello negro, me pongo en pie ante esa figura amenazante, pienso en huir, mas mis pies no reaccionan.

veniat mors escucho nuevamente. Viene la muerte

Dos pasos atrás, no consigo huir, su mano gélida aprieta mi cuello con fuerzas, siento perder mis energías y ceder mi espíritu.

- singulare certamen - dijo elevando mi rostro a su cara - Pelea.

Mi cuerpo se entumecía ante la presión que me impedía respirar, sus ojos luminosos, cual brazas encendidas me observaban desfallecer

- SINGULARE CERTAMEN - gritó con fuerzas, su respiración parecía a la de un toro enfurecido.

Ahí frente al espectro de dos metros de altura que amenazaba con robar mi vida, mis pensamientos se debatían entre ceder mi espíritu muriendo en las manos de aquel desconocido o en luchar por mi vida.

Decidí arriesgarme si de todas formas moriría al menos que sea heroicamente.

Levanté mis manos a la altura de su rostro, mis dedos pulgares los enterré en los ojos incandecentes presionando con todas las fuerzas que cabían en mi pecho, comenzó a gritar de dolor, soltando mi cuello permitiendo mi respiración, caí fuertemente al adoquinado de la calle. El dolor fue insoportable.

Se lanzó sobre mí nuevamente, la adrenalina comenzó a fluir por todo mi ser, tomé sus manos y les sujeté fuerte, ahora que lo recuerdo no logro comprender de dónde saqué aquellas fuerzas.

Golpe tras golpe y la contienda persistía, estaba decidido a quitarme la vida y yo decidido a morir luchando, mi cuerpo cada ves mas lastimado pero las fuerzas se renovaban a cada golpe recibido.
No logro recordar cuantas veces mi rostro fue restregado en las piedras de la calle.

Al fin me sujetó fuertemente, presionando mi pecho, grité de dolor y, sin saber cómo, golpeé con fuerzas su entre pierna con mi rodilla.

Cayó al suelo retorciéndose del dolor.

Tomé una piedra cercana, la levante con intención de lanzarla cuando.

- Lucho, has vencido.

Su voz, no puede ser, es él.

Se puso en pie, despejando su rostro ante mí, esa visión fue celestial, era él, toda la noche fue él.

- Ya no temas mi hijo, has luchado contra mí y has vencido, ahora dime, frente a qué te podrás doblegar.

Quise arrodillarme y llorar a sus pies, quise abrazarle y pedirle que no me deje de nuevo, quise decirle que si él no soy nada, sin embargo mi cuerpo no reaccionaba.

- Hoy es el día en que te he restaurado luchito, hoy es el día en que te preparo, crees que lo que has vivido es duro, la batalla a penas empieza. Ve en paz, y lucha con todas tus fuerzas. Ganaras la guerra que se ha tramado en tu contra y recuerdalo yo mismo lucharé a tu lado.

y con esas palabras desapareció de mi vista mientras a lo lejos, detrás de las montañas de Quilalí el sol de nuevo aparecía.

Cae sobre mí toda la soledad golpea mi pecho con tu apasionado impulso destruye ya este corazón inutil destrozalo en tus manos y hazlo p...

Cae sobre mí toda la soledad
golpea mi pecho con tu apasionado impulso
destruye ya este corazón inutil
destrozalo en tus manos
y hazlo pedazos

Ya no quiero sentir

Arranca estas emociones que me convencen
mis ideales llevalos con el viento
ya no quiero creer
ya no quiero ser
quiero perderme en la nada.

Ya no me queda nada que sentir.

¡Cuánto daría por ser libre de mí mismo!
olvidar todas mis utopías
arrancar en pedazos mis anhelos
raspar mi rostro contra la cruel realidad
y que se desfigure mi humanidad

Ya solo eres tú, oh soledad lo que realmente existe

Y frente a las cicatrices indelebles
frente al fracaso continuo
frente al abandono total
quedarme abrazado a mí
refugiarme en mí mismo

Y en nadie más.

Ven soledad
soledad infinita
soledad eterna
que este bohemio agonizante
llora por ti.


- Oh Lilith cuanto le extraño - la lluvia caía sobre mi piel desnuda y vacía de todo entusiasmo, la gente pasaba apresurada, escapándose de ...

- Oh Lilith cuanto le extraño - la lluvia caía sobre mi piel desnuda y vacía de todo entusiasmo, la gente pasaba apresurada, escapándose de las gotas de agua frias de la lluvias de invierno, eran como ágiles antílopes corriendo sin percatarse que este joven pastor hablaba a la nada, hablaba a una mujer que le sigue en las sombras de la soledad.
Ahí sentado con ella, bajo un árbol que ha sobrevivido a la modernidad convirtiéndose en una pequeña rotonda en el pueblo de Quilalí, un aro de cemento que lo bordea me servía de asiento mientras ella me abrazaba intentandome dar calor, imposible, era como pedirle al hielo que encienda una fogata.

- Lo sé lucho, lo sé - me susurraba como lo haría una madre ante su pequeño asustado - sé que lo extrañas - repetía su melódica voz

- Sabes - le dije sin cambiar de posición, abrazado a mí mismo mientras ella me envolvía en sus brazos - siempre te he temido, pero ahora entiendo que eres parte de mí, parte de lo que siempre he negado, de aquella condición que me hace humano, sin ti sería menos que un cyborg, un autómata que solo obedece las ordenes para las que ha sido programado.

- Jejeje, hablas de Cristianeitor, la obra que presentaron los jóvenes de la iglesia - me dijo ella sonriendo.

- Sí, de eso hablo, aun debo de comprender muchas cosas de los demás, aun debo comprender la raiz del mayor pecado de la humanidad.

Ella no contestó, esperaba que continuara presentando mi tesis, como una maestra haría al saber que su pupilo esta a punto de alcanzar la iluminación.

- El querer ser superior a los demás 

Repentinamente se acercó un hombre, completamente borracho, sus ropas gastadas, su fas sin rasurar, de sus ropas se desprendía un cóctel de lodo y sudor mezclado por el agua lluvia que le recorría. Con esfuerzo sobrenatural intentaba mantenerse en pie frente a mí mientras estiraba su mano, pidiendo dinero, pidiendo algo.

- Le conoces - me dijo ella haciendo referencia al recién llegado.

- La verdad no, no se quién es - le dije intentando que aquel hombre no importunara la conversación que tenía, podría saberme loco al ser cuestionado por un alcohólico que me ve hablando solo.

- Hermano, me gusta como predica, me podría regalar un pesito - me dijo con aquel aliento que logró quemar mis pupilas.

Nunca me ha gustado regalar mi dinero a un borracho, seguramente será usado para seguir tomando, en lugar de ayudarle le estaré perjudicando, además, esta en edad laboral, puede trabajar.

- Lo siento hermano, no traigo dinero conmigo - le contesté enfadado

- No sabía que usted mentía - me dijo sonriendo, dando la vuelta en dirección al puente que quedaba tras de mí, en pocos segundos se fundió en la oscuridad.

- Yo tampoco sabía que mentías luchito - me dijo ella con su tono pícaro

- Lilith, sabes que no me gusta darle dinero a esa gente

- mmjum - dijo irónicamente - a "esa gente" 

La lluvia cesó por un instante y ella me soltó de su abrazo frío pero acogedor y poniéndose en pie frente a mí dijo

- Pero Luchito, sigamos con el tema, me hablabas del mayor pecado verdad - su sonrisa me delataba, me inquiría, me cuestionaba

- Sé lo que quieres decirme con esa mirada, no Lilith, yo no me sentí superior a ese hombre

- Mas no le ayudaste

- Pero tampoco le perjudiqué

- De eso no se trata, piensa esto Yiyo, ¿Ese hombre se fue mas lleno de Dios después de verte o mas vacío?

- No lo sé

- Entonces ¿qué sentido tiene tu existencia? 

Me sorprendió nuevamente, a veces dudo que Lilith conozca bien su trabajo, no sé si actúa en contra de él o para él... o será parte de su trampa...

- Yiyo, entiende esto, mientras hagas juicio ante los demás, mientras te sientas superior a otros, por ser el predicador, por ser el mas inteligente, el mas guapo - dijo guiñándome un ojo - por ser quien no ha caido en situaciones de pecado, siempre que te sientes en ese trono de santidad, en ese trono limitado a Dios, separado para él estas cometiendo el mayor de todos los pecados, estas contribuyendo a que los demás se alejen de tu Dios a causa de tu egolatría luciferiana.

Trague grueso, era un sermón duro, yo sentarme en el trono que una ves quiso usurpar lucifer, no tengo palabras para semejante insinuación

- Sabes, si él estuviera aquí no estaría tan confundido.

- Jejejeje - empezó a reír - Lucho, él estuvo aquí, me sorprendió que no lo conociste, sencillamente te pidió dinero pero lo que quería era probar tu corazón.

Y así se alejó sobre la noche en dirección a aquel puente, la lluvia cayó nuevamente y el frío me recorrió por completo.

Ya han pasado muchos meses en completa ausencia, ya no le he visto, su presencia se ha alejado de mí o mis ojos han perdido su pureza para n...

Ya han pasado muchos meses en completa ausencia, ya no le he visto, su presencia se ha alejado de mí o mis ojos han perdido su pureza para notarlo, sencillamente él ya no está conmigo visiblemente, y le extraño.

- Se fue Luchito, se fue - me decía ella.

Noches como estas le observaba entre las sombras que su mirada tenue iluminaba, su presencia armoniosa que mecía los compases de mi alma al sonar de su voz se ha desvanecido en la nada.

- ¿Será mi pecado quién le ahuyentó? - pregunté, ella me observó con ternura, su mirada radiante, sensual desbordada de deseos siempre causaba en mí sentimientos confrontados.

Un frío viento erizó mi piel, el cielo vacío de estrellas con truenos que desde las montañas de Quilalí amenazaban con una lluvia torrencial, no era buena idea estar ahí acostados, en el patio de mi casa con aquella mujer mas fría que la Antártida y mas caliente que las llamas mismas del infierno.

Pasó sus manos sobre mis hombros frotando para darme un poco de su calor, mi cuerpo clamaba por un abrazo sin embargo sabía que en ella no encontraría el afecto que buscaba, solo provocaría a la lujuria y al placer que me ha costado adormecer.

- Lucho - me dijo, a sabiendas que me molesta escuchar ese nombre de su voz - él es así, en cuanto menos lo esperes aparecerá nuevamente, él es un balzamo eficaz para tus heridas, además su amor es grande, al menos su amor por ti.

- Dime - le pregunté- ¿Por qué a ti no te ama?

Ella observó nuevamente al cielo y suspiró.

- Lucho, aprovecha tú, su amor es para ti.

Se puso de pie, yo le observe, es tan bella y a pesar de su oscuridad se puede deslumbrar un poco de su dolor, ese dolor que le ha marcado durante siglos. Una lagrima rodó por su mejilla.

- Lilith - le dije - ¿qué te sucede?

Ella suspiro y limpiando sus ojos me sonrío diciendo

- Nada mi luigi

Me puse en pies a su lado, por primera vez sentí compasión por ella.

- Abrázame luchito, necesito un abrazo - me dijo y le obedecí.

Son diez años desde que acepte iniciar el camino, son diez años desde aquella primera, y traumatica ocasión en que sus ojos luminosos entraron a mi habitación cerrada, y desde entonces nunca había sentido compasión por ella, de miedo, terror, pánico, aceptación, mas nunca compasión, hasta hoy. 
A pesar que una parte de mí me decía que podría ser otra de sus mentiras, ella es maestra en ello, mi corazón me pedía que le amara.

Y le amé.

Sus lagrimas corrieron por mi hombro.

- Yiyo - me dijo - no sabes lo que es caer como lucero, no sabes la fuerza de su rechazo, cuando su sagrado corazón se decide a no amar no hay nada en el universo entero que lo haga cambiar de opinión. Sin embargo - me dijo viéndome a los ojos, con su aliento besando mi boca - cuando él se decide a amar, nada, absolutamente nada lo hace dejar de hacerlo, incluso la infidelidad, la desobediencia, el rechazo, él siempre te amará. No sabes lo dichoso que eres.

Yo le escuchaba, lo entendía, nunca imagine que Lilith me diría todas esas cosas

- Muchas veces yo quisiera ser como tú, mas no, ya pasó mi tiempo, ahora solo me espera apelar a su justicia mientra cumplo, lo que imagino, es su voluntad.

- ¿Y cuál es? - le pregunté, ella acercó su rostro tan cerca al mio que unos centímetros apenas impedían que me besara como ya muchas veces lo ha hecho, la transpiración de su piel se confundía con la mía y su cuerpo entero se amalgamaba en mí enajenando mis fuerzas.

- Tentarte corazón, he ahí mi misión, he ahí su voluntad, fui concebida para ser tu sucubo, fui concedida para ti.

Y me beso, inyectando su placer en mis labios sedientos de afecto, dominando mi cuerpo que como tierra reseca clamaba por la lluvia de caricias de sus aguas torrenciales, mis manos deseosas de degustar sus cantaros de miel y sumergirme en sus manantiales, me beso y me infectó con el virus de la lujuria, ese virus que controla tu ser y amarra tu ego a los deseos de la carne.

Esa noche como muchas noches desde que acepté mi vocación, fui tentado por Lilith, mas, esa noche como otras posteriores cedí a sus placeres.

Y mi habitación se lleno de oscuridad, negra brea que cubrió cada tramo de mi cuarto, el silencio aprisionante hacía estallar mi ca...




Y mi habitación se lleno de oscuridad, negra brea que cubrió cada tramo de mi cuarto, el silencio aprisionante hacía estallar mi cabeza ansiosa de sonidos y las imágenes recurrentes de mi interior herido aparecian como fantasmas tenues entre la sombras y los haces de luz que se colaban al pasar de cada vehículo.


La energía eléctrica esta ves no volvió como era ya costumbre, dejando en penumbras cada rincón de este pintoresco pueblo del norte del país.

Calor, calor sofocante que amenazaba con deshidratar mi cuerpo, no soporté mas, salí al patio.


Me senté en una piedra esperanzado a que la luz volviese, mas no lo hizo…


-       - Hola Lucho – fue una voz femenina.


Solo existe una persona en el universo entero que me dice así y no es una mujer, la sombras de la noche bañaban ese cuerpo femenino que avanzaba hacia mí, su larga cabellera de rizos juguetones bailaban a cada paso que daba, su caminar erótico, atrevido y sensual y su voz, ardiente y atemorizante.


-       - ¿Puedo sentarme contigo? – preguntó, yo no le contesté, solo me aparte brindándole espacio en aquella roca incomoda en la que me había sentado.


-      - ¿Sabes quién soy, verdad Luchito? – me dijo sentándose a mi lado mientras acomodaba su cabello en una cola de caballo.


-       - La verdad no le sé – le contesté – sin embargo creo que tú me conoces, ¿él te habló de mí?



-      - Él habla muy bien de ti, pero ya nos conocíamos antes, ¿no lo recuerdas?


-       - La verdad no.


Y se acercó a mí tan cerca que su respiración se fundía con la mía, mi rostro y el suyo era dividido por centímetros de aire, su aroma inundó mi mente de recuerdos y fantasías de antaño, supe quién era.


-       - ¿Qué quieres conmigo? – le pregunté observando sus ojos que a pesar de tanta oscuridad pude apreciar con claridad, amarillos incandescentes.


-       - Ayudarte – me dijo sin retirarse, su aliento entró por mis sentido.


-       - No lo comprendo, ¿tú me quieres ayudar? Creo que la ayuda de él es suficiente – le dije.


-       - Puede ser, pero él ya no tiene tiempo para ti, además, tú ya le pediste que no volviera, que te dejara solo.


Era verdad, un día lleno de furia le grité, le dije que no necesitaba sus consejos, ¡que sus regaños me tenían cansado!!! ¡Déjame solo!!!...


Le grité y él sencillamente sonrió con tristeza y dándome una palmada en el hombro se alejó.


-       - Y sabes algo – me dijo acercándose aún más – creo que ya no lo volverás a ver.


-      - No es cierto lo que me dices – le dije – me niego a aceptar todo eso.


-       - Luchito – me dijo recostándose a mi pecho – mírame a mí, sola desde ese día, pasó lo mismo conmigo


-      -  No es lo mismo – le contesté tocando su cabeza con mi mano


-       - Quizás no, pero siempre me puedes tener a mí


-      - Lo sé, pero sé que volveré a verlo pronto.



-      - Lucho, lucho, dime – recargando su peso en mis piernas me dijo de nuevo a los ojos  - tu renuncia es en serio


No le contesté, solo vi de nuevo sus ojos amarillos dorados.


-       - Viendo tus ojos sé que no es así, hay un fuego dentro tuyo, diferente al que he conocido en otros, sé que ni las aguas torrenciales le podrán apagar.

Me dio un beso en la mejilla y se levantó en dirección a la pared del patio.


-       - Sé que no podré conquistarte tan fácilmente, ya no tanto como en el pasado, pero aun así haré mi esfuerzo, no lo dudes.


Y se fue, perdiéndose en la oscuridad de la noche, dejando tras de sí un halo de dudas e incertidumbre.

Estos días estremecen mis cimientos y me hacen recordar lo solo que estoy. Cuanto quisiera volar y escapar de esta misión que temo!!! la s...

Estos días estremecen mis cimientos y me hacen recordar lo solo que estoy.
Cuanto quisiera volar y escapar de esta misión que temo!!!
la soledad me vence y la locura invade mi conciencia, y cuanto mas necesito las voces alucinantes, se callan, estoy solo, y quisiera dejar de estarlo, estoy solo... y quisiera despegar.
Alma mía que se presiona en las paredes de mi humanidad, quisiera escapar y gritar, volar al tercer cielo y dejar de estar como estoy ahora... solo.

Mi teclado se moja con lágrimas que nadie ve
mientras escribo lo que nadie leerá
qué hago misionando familias olvidando la mía?
qué hago sanando matrimonios alejándome del mio?
qué hago en la dicotomía de la Psicología
no poder sanarme a mí mismo?

La locura y el abandono
no puedo mas!

Ojala fuera un ave nocturna y perderme en la oscuridad mis plumas negras como brea y mis ojos brillantes como dos centellas que atemoriz...

http://grisoisabel.files.wordpress.com/2012/03/mariposa.jpgOjala fuera un ave nocturna
y perderme en la oscuridad
mis plumas negras como brea
y mis ojos brillantes como dos centellas
que atemorizan a los curiosos
esclavos de la mortalidad.

Ojala fuera el viento frío de la tormenta
invisible y tenaz
volando sin descansar
haciendo mi voluntad
mi canto libre como un soplo
y mi tocar firme como la tempestad.

Ojala fuera un sueño no mas
como la paz eterna
como el amor incondicional
como la misericordia
como la utopía universal.

Ojala fuera una mariposa
que vuela hacia la luz
vuela a la llama en la noche dominante
y se quema
así, sin mas.

(Inspirado en la composición "La mariposa y la luz de Leonardo Da Vinci)

Amor, ¿en donde te podre encontar? te he buscando vagamante entre mis delirios y mis certezas no apareces en ninguna parte ¡Cuanto dier...

Amor, ¿en donde te podre encontar?
te he buscando vagamante entre mis delirios
y mis certezas
no apareces en ninguna parte
¡Cuanto diera por un beso!
¡Cuanto diera por un toque de petalos
que despertara mi letargo
y alimente mi utopia!
Las alas cersenadas atrozmente
por alguien que en su momento me abrazaba
esas plumas que aun tienden ensangrentadas
desde mi nada
son el mudo recuerdo
de las esperanzas muertas y putrefactas
de un poeta soñador
un fantasioso constructor de sueños.
¡¡¿De que sirven estas palabras si nadie las leera?!!
¿Que vale un bohemio en este valle de egoismos?
mis lagrimas erosionan mi otrora sonrisa
y mis shakras se contaminan de las energias del dolor...
Soy un espanto que recorre las calles de waspam
sumergiendome en el Wangki para ocultar mi tristezas
nadie se detiene a observarme
nadie sacia mi necesidad de afecto
estoy completamente solo
abatido por mis esperanzas
debatiendome en este mundo o uno nuevo
inventado por mis frustraciones
y mis anhelos arrebatados.
Cuanto vacio de todo
Cuanta angustia de no estar.

Mi poesia oscura se pierde entre la noche
y se amalgama con la muerte
se entrelaza a la cavidad
donde palpitaba un corazon
y desde ahi
negra como la brea
tiende un destello de esperanza
amanacera...
Mientras
soledad amada mia
no me abandones jamas...

Ayer voltee tras de mí, no habia nada... Pero esas sombras siguen ahi. Sabes, a veces me dan comezon, pero como hacer si ya no estan do...

Ayer voltee tras de mí, no habia nada...
Pero esas sombras siguen ahi.
Sabes, a veces me dan comezon, pero como hacer si ya no estan donde solian hacerlo...?
A veces me duelen, pero no existen.

Fui al medico, se llama "el miembro fantasma" me dijo
una extraña condicion de sentir dolor en un miembro amputado.
"Pero se siente tan real" le dije, no me acostumro a la idea de que las alla perdido.

A veces miro hacia arriba y digo un "por qué pasó?"
"Cuanto quiesiera ejercitarme como antes lo hacia,
surcar los cielos en total libertad
aventurarme sobre los mares sin miedo a caer
sin miedo a fracasar"

Unas ocasiones, como ayer
creo verlas entre los haces de luz
es solamente una ilusion optica
un deseo reprimido de algo inalcanceble.

Mi vida cambió del todo, para mí...

Y nadie escucha cuando digo que estoy arrepentido,
si tan solo no lo hubiese hecho
hoy estaria completo!!!
Pero no fue asi.

Aun conservo algunos de sus restos
degradandose en mi armario
como testigo inmudable de lo grandioso que fui.

Que fui y que no soy.

Bueno, el caer como lucero me sienta

me hace reflexionar,
me invita a cambiar y acostumbrarme.

Tendre que adaptarme a ser humano, solamente humano
que triste
como perdi mis alas arrancadas de mí.

Pero, sera que logre recuperarlas....?
Yo apostaré a un sí,
y tú?

La luna ha decidido desaparecer de mi cielo mientras las estrellas se cubren entre las nubes que vaticinan mi tempestad y llueve sobre ...

La luna ha decidido desaparecer de mi cielo
mientras las estrellas se cubren entre las nubes que vaticinan mi tempestad
y llueve sobre mí,
tristeza y desamparo
el llanto del poeta que se niega a morir,
y la cruda realidad que mata toda utopia,
dejandome en la totalidad de la nada.

Henme ahi,
sin moverme
sin articular gestos ni palabras,
sencillamente empapandome de la agonia de un alma que otrora era celeste
pero que ha caido como lucero
su seguridad se ha desvanecido
y como caminando sobre un lago congelado
nota como el hielo se quiebra bajo sí.

Tomo una daga afilada
y conteniendo la respiracion
cerceno mis alas inmerecidas
y lavo mi rostro con su sangre.

He caido y no era asi como queria terminar
oculto en las tinieblas
escapando de la mirada que todo lo ve
y temiendo que aun me ame.

Aun me ama?
su enojo me dice que no.

Huire al desierto y en él me confundire
con el ardor de la arena
y el frio del atardecer.

Huire al desierto
y en él esperaré
a que Quien amo, me ame
y a Quien amo olvidaré...

Ojala la noche me absorviese esconderme en su negra ternura dormirme en su vientre de madre   Ojala la noche se adueñara de mi aparienc...


Ojala la noche me absorviese
esconderme en su negra ternura
dormirme en su vientre de madre
 
Ojala la noche se adueñara de mi apariencia
ser uno con lo desapercibido
perderme en su matiz de carbon
en sus manos dulces de esposa fiel
 
Ojala la noche sea en mí lo que yo soy en ella
luz en tinieblas frias
morirme a su lado
solo con la que es la soledad eterna
 
Ojala la noche me conosca
ya nada mas que su oscuridad
su sabor
su ser completo
 
Ojala la noche me absorviese
fusionarme con lo eterno
que mi polvo se esparza en ella
que mi cuerpo se evapore en sus manos
 
Ojala la noche sea mi compañera
para asi jamas volverme a sentir solo.

Callado sin previo avizo como un relapango sin estruendo como un fuego sin calor ahi estaba yo... Mis manos incoloras se teñian de a...


Callado sin previo avizo
como un relapango sin estruendo
como un fuego sin calor

ahi estaba yo...

Mis manos incoloras
se teñian de angustiahas visto el color de la angustia..?de ese color se manchaban mis alas heridas mis luces celestes
mi llanto de Amor.


y Amor se fue


Qué hacer para ser cuando nunca fuiste lo que deseaste haber sido

no lo se
solo quiero ser de nuevo lo que una ves soñe que era.

Y ya no soy.


Te miro,
alla en la lejania

lees mis palabras y te sonries

te reconoces en mi llanto

alli tambien estoy.

Y no estoy en ninguna parte


Como Becker, como Neruda, como Lira Merlo

como el hidalgo que murio en su soledad

cuando habia recuperado la lucides

como el sufrir de los inocentes

como el crugir de dientes

del hades, del ayer.


Y mi ayer estaba contigo.


Ya no existe nada mas que mi llanto

me cubre en su abrazo
y recuerdo
que por lo menos
aqui estoy
perdido en la nada

con la certeza que todo lo demas es incierto.


Como yo...