No estaba seguro si era ella. Sus ojos eran diferentes, más grandes, más hermosos, ocultos detrás de unos lentes que magnificaban su ta...

¿Era ella?



No estaba seguro si era ella. Sus ojos eran diferentes, más grandes, más hermosos, ocultos detrás de unos lentes que magnificaban su tamaño.

Su cabello entre liso y crespo ondulaba con el viento cuando le deja soltar, su sonrisa detrás de aquellos labios pequeños era fascinante y misteriosa, era ingenua pero inteligente, sin aquella picardía característica, sin aquella maldad escondida. Hasta parecía bondad.

¿Era ella? Y si no lo era ¿Cómo entró a mi habitación a puertas cerradas mientras yo dormía? Y si era ella, ¿Porqué decidió regresar después de nuestro contundente adiós?

Yo solo me senté al lado de mi cama y le sonreí, ella rió también.
Me levanté, me dirigí al baño, ella ahí quedó, sentada en aquella silla al lado del armario.

Benji, mi perro, vino detrás de mí. Me sorprendió que no se inmutó ante su presencia. Es como si Benji la conocía. Hasta me pareció que le agradaba.

Por un momento pensé para mí, ”es hermosa" y sí, lo era. Estaba ataviada en una pijama amarilla con dibujos de unas plantas, que se ceñía a sus caderas delineando su cuerpo.

Es linda, pero es diferente. El rojo era su color, y las ropas transparentes su atuendo a estás horas, sin embargo la que estaba en mi habitación era más dulce, más tierna.

Cuando regresé ella ya no estaba, Benji se fue a acostar debajo de la silla que otrora ocupaba, mientras un aroma, discreto pero agradable llenó mi cuarto

¿Era ella? Y si no lo era, ¿Porqué mi corazón se siente tan bien con aquella visita?
No, no era ella, pero, si lo era, ¿Porqué no decidió quedarse como antes? Y se marchó.... como la última vez.

Quizás ella sea otra persona y quizás yo sea otro Luis.





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