- Usted no me recuerda - me dijo, quise ocultar mi asombro, pero era evidente, no tenia idea quién era esa joven que me atendía. La cocina...

Las personas del camino

- Usted no me recuerda - me dijo, quise ocultar mi asombro, pero era evidente, no tenia idea quién era esa joven que me atendía.

La cocina del Padre Luis era modesta, con algunos enseres por aquí, otros por allá, no esperaba mas, trabajar en misión en la comunidad de La esperanza del Río Coco, un lugar remoto del país y muy pobre hace que esta sea sin lugar a dudas una de las casas curales que he visitado mas humildes.

En la mesa había un plato recién hecho de gallo pinto, recién puesto frente a mí por aquella joven.

- Su cara me parece familiar - le mentí, no podía recordar quién era.

- Hace dos años usted llegó a San Jerónimo y dio una predica sobre el Amor de Dios, usted quizás no se dio cuenta pero a partir de ese día me interesé mas por la Iglesia, y ahora que ya tenemos parroquia acá en el Río Coco me ofrecí de voluntaria para apoyar al Padre en la cocina.

- Oh, en serio, Pain pain, estoy muy alegre por usted - recuerdo esa misión, de la cual había vuelto muy triste por considerarla un fracaso, habíamos encontrado pocas personas en la comunidad, la mayoría se encontraban en el campo.

- Estoy muy agradecida con usted - me dijo mientras me hacia señas para que comiera la cena que había preparado.

Pocas veces como esa reflexiono acerca de los fracasos en la obra del Señor, con razón escribió el hagiógrafo: Dios escribe rectos en reglones torcidos.

Esa noche, luego de rezar las completas con el Padre Luis, me quedé un momento en el balcón de la casa cural observando la construccion de madera que funge como templo parroquial.

- ¿En qué piensas Yiyo? - reconocí la voz inmediatamente, pero el nombre que me dio me sonó peculiar.

- ¿Ahora me dices Yiyo? - le contesté entre sonrisas.

- Claro, de Luisiyo, ¿ No te gusta?

- No, sí esta bien, todo lo que salga de ti me cae bien.

Y se sentó al lado mio, observando la Iglesia.

- No te sorprendas de ello, no te sientas grande por haber hecho solamente lo que tienes que hacer - me dijo viendo aun la Iglesia.

- Oh... ok

- ¿Recuerdas a Carolina Vilches? - me preguntó observandome a los ojos con ternura.

- Sí.

- Ella fue una de muchas personas que usé para atraerte a mí - me dijo, y recordé como Carol me invitó aquella mañana de marzo a dar clases de catecismo en la Iglesia, para ese momento yo no consideraba la idea de ser cristiano.

- Cierto, tienes razón, no lo había pensado así.

- Haber, hagamos un juego de memoria, ¿a quién mas crees que usé de la misma manera? - dijo tocandome la mano.

- Gema Gomez - recuerdo que yo solo era catequista pero fue ella quien me convenció de entrar al ministerio de jóvenes de la parroquia San Blas.

- Mmmjumm, alguien más, faltan muchas personas, es que Luchuito vos me saliste duro.

- Ajá, Elioth, lastimosamente no recuerdo el apellido, aquel joven lasallista que impartió el retiro donde te conocí por primera ves.

- jajaja, sí, recuerdas qué pensabas de ese joven al principio, que era "fanático de la galleta" porque le gusta mucho hacer oración frente al Santísimo.

Apenado y sonrojado dije - Sí, fui torpe...

- No sabias muchas cosas aun hijo, no te preocupes por eso, pero sigue, falta alguien mas antes de Carolina.

- mm, no se, antes no asistía a la Iglesia.

- Claro, recuerdas a aquel Edward Lindo y su Papa que lleva el mismo nombre.

- Pero ellos son protestantes

- Sí, pero fueron los primeros que te convencieron en tomar una Biblia, jajaja recuerdo las palabras que usó Edward, aunque Lucho, me gusta decirle a él Alex el RockaZero, bueno, Alex te dijo: Vamos a un evento, ahí habrán muchas chicas tuanis!!! jajaja.

- jajaja ese Alex era loco.

- No te me hagas Yiyo, que vos fuiste de buena gana a ver mujeres y cuando estabas dentro viste que era un evento cristiano.

- Pues sí...aunque sabe que antes de ellos hubieron otros que ya habían sembrado en mí.

- Muy bien, vamos haciendo memoria, dime.

- Don Carlos Sarrias, (qepd) fue con él que aprendí a rezar el rosario pequeño, mi mamá me mandaba donde él todas las noches a rezar, era un buen señor, aunque estaba ciego el pobrecito.

- Él aun reza mucho por ti. - me dijo viendo hacia el cielo, sonreí con alegría, saber que ese gran amigo esta arriba rezando por mí es una gran bendición.

- Y qué me decís de Lesbia? - me dijo regresandome los ojos a él.

- Sí, ella me enseñó mucho de la oración, Lesbia Morales es una gran amiga.

- Ella es otra que aún reza por ti.

- Y el padre Guayo.

- Mmmjum, dime del Padre Eduardo Carrillo.

- Con él me enamoré de la liturgia, ese esmero de él me agradaba, aunque a veces presiona mucho, pero es un buen pastor.

- Debes de rezar por él, así como por todos los sacerdotes Lucho.

- Y por el  Padre Luis, es un gran misionero, sabe le vine a conocer cuando ya estaba perdiendo el fuego misionero en mí, ya dos años en el Río me habían cansado.

- El padre Lucho, es una persona muy loable.

- A poco le dices Lucho también a él.

- Claro, si se llama Luis también, además yo le pongo apodos solo a las personas que mas se me acercan, como tú, como RockaZero, como Guayo.

- Como Pedro, Juan, Jacobo...

- Uhhh, si hago esa lista no terminamos, mejor Yiyo, ve a dormir, dando gracias por tantas personas que te han llevado a mí.

- Sí, verdad, ya es noche. - dije estirando mis brazos y entrando a la casa en busca de mi cuarto, él venía conmigo a darme el beso en la frente de buenas noches.

- Da gracias también por Allan - me dijo mientras caminabamos.

- Por Allan? mi padrastro que nos maltrataba?

- Sí, gracias a él tu corazón fue mas noble, tu corazón comprendió lo que es el sufrimiento y está listo para enfrentar mucho mas.

Dijo mientras dandome el beso en la frente se iba...

Esa noche dormí pensando en como Dios mueve las cosas y como se sirve de todo por rescatarnos.

Y tú, ¿quiénes te han llevado a Dios?

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