"El mismo que a Pedro llamo..." - Amor está sonando tu celular - me dijo mi esposa levantando su rostro de aquel libro de gin...

Dejate amar... retiro de jovenes de chichigalpa.

"El mismo que a Pedro llamo..."

- Amor está sonando tu celular - me dijo mi esposa levantando su rostro de aquel libro de gineco-ostetricia que leía una y otra vez.

“A soltar sus redes y andar,
El que a lázaro un día lloro...”

- Si amor, espera que cierre el facebook... - le dije, unos mensajes iban y venían y mi rostro se fijaba en aquella pantalla con fascinación mientras aquel celular proseguía la canción de son by four cada vez con mayor intensidad.

"Aquí esta Jesús, aquí está el cordero..."

- Amor... - con la entonación y la mirada adecuada...

- Ok pues ya contesto - dejando la laptop en la cama me levante hacia la mesa de noche y tome aquel celular.

"Jonás"* decía el nombre de contacto.... que querrá ahora, me dije a mi mismo mientras tomaba los audífonos y los conectaba al celular.

- Que paso Jonás, que cuenta guarogalpa - le dije haciendo alusión a Chichigalpa, nuestra ciudad natal.

Desde el otro lado se escuchaba solamente una respiración profunda y pausada.

-¿Jonás, estas bien? - pregunte mientras mi esposa volvía el rostro hacia mí.

- Gracias, hermano, gracias - una vos carrasposa, se escucho, era fácil imaginar las lagrimas que corrían por aquel rostro

- ¿Jonás, que sucede? - le pregunte, sin mucho interés, sin mucha prisa, sentándome y ubicando mis manos nuevamente al teclado de aquella PC que me aguardaba con globos de mensajes de otras amistades.

- Recuerdas que me prometiste que orarías por mi - me dijo, le recuerdo, Jonás serviría de catequista en un retiro de evangelización en Chichigalpa, donde decenas de jóvenes conocerían por primera vez el rostro de Jesús, recuerdo la aflicción del mismo y lo incapaz que se sentía para servir de profeta de altísimo.

"No temas delante de ellos porque Yave tu Señor está contigo para librarte" Le dije esa ves recordando el llamado de Jeremías siendo aun joven.

- Si Jonás dime, ¿qué sucedió? - le dije con un poco de vergüenza, prometí orar por ese retiro, sin embargo, entre una y otras cosas se me olvido poner esas intenciones en mis oraciones. Además, después de recordar la actitud de los jóvenes de Chichigalpa frente al Señor sinceramente sentí lastima por ellos.

"Hay más jóvenes de la pastoral en la disco de moda que en la iglesia, comulgan mas con el ron que con el cuerpo de Cristo, y el amarse los unos a los otros para ellos es amarse los unos sobre las otras" recuerdo haber dicho una ves

- Hoy Jesús me pidió que no buscara  las cosas de Dios, sino Dios mismo - respondió Jonás - Como catequista tuve un verdadero encuentro con él, las palabras que decía en la predica no eran para ellos, eran para mí. - dijo Jonás llorando - El Señor me recordo que a pesar de mis pecados ¡ME AMA!!!

En ese momento se me erizó la piel... "A pesar de mis pecados ME AMA" fueron aquellas palabras de Jonás que entraron en mi mente y recorrieron mis entrañas.

Cerré la laptop y me recosté en la cama sin dejar de ver aquella cruz que colgaba de mi cuello...

- Mira Lira - dijo Jonás, como muchos que me conocen más por mi apellido que por mi nombre, algunos incluso creen que Lira es un nombre - la verdad antes de ese retiro yo me sentía indigno de él, no te lo mencione pero tus palabras me llenaron de confianza, a pesar de lo que he sido, el Señor me usa como instrumento santo en sus manos.

Yo me quedaba en silencio, pena de mis juicios había olvidado que el Señor hace llover sobre justo y pecadores, aunque se esmera más por los pecadores. En mi trabajo, en mi vida he querido dar la apariencia de hombre de Dios, pero mientras escuchaba a Jonás me daba cuenta que mi corazón pecador estaba oculto en ese disfraz de santo que intento mantener.

- Yo, Lira, soy indigno de ese amor, pero me ama, eso es lo mágico, inimaginable, increíble. Yo le pregunte en un momento de oración: Señor quien soy yo para que te acuerdes de mi, El solo me menciono: eres mi hijo, mi amado, en quien tengo mis complacencias, déjate amar...

Es ese el primer amor, me dije a mi mismo recordando mi primer encuentro con aquel amor verdadero.

- ¿Y sabes una cosa, Lira? ¡Jesús me ama!!!

Empecé a llorar... mi esposa levanto la vista del libro y me observo en silencio, sin acercarse, sin decir nada, me observo, yo baje el rostro por vergüenza de aquellas lagrimas...

- Sabes algo Jonás - le dije conteniendo mi voz - es fácil juzgar a los jóvenes, pero es difícil comprenderlos e imposible para muchos amarlos. Empezaste dándome gracias, sin embargo yo te doy gracias, me recordaste aquel primer amor, ese amor que experimentas, como si de tu novia se tratase, no dejes que la rutina lo canse, auméntalo, no lo abandones y nunca, nunca te conformes.

- Gracias Lira, pasa buenas noches y gracias por todo.

- No Jonás, gracias a ti, y a Dios que nos ama.

Y vi como se cortaba la llamada mientras contemple a mí alrededor... recordé lo que decía Juan Bosco:

"No hay joven malo, solamente nadie le ha enseñado como ser buenos"

Hay que enseñarles... y usted lector... ¿me ayuda?

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