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Dejó de tomar la gaseosa diaria que acostumbraba y guardó los diez córdobas entre las páginas de un libro viejo y grueso heredado de su padr...

Dejó de tomar la gaseosa diaria que acostumbraba y guardó los diez córdobas entre las páginas de un libro viejo y grueso heredado de su padre. Cuando aquella decisión cumplió un mes, tenía ahorrado 300 córdobas. Su amiga, Lolita, necesitaba invertir en su recién iniciada pulpería, oportunidad que aprovechó Rosendo para prestarle el dinero que ahorraba.


Al finalizar el primer año, sus ahorros más los intereses ganados se convirtieron en 5,014 córdobas. Aquello le pareció muy bueno y además, al no tomar gaseosa diariamente había logrado bajar al peso deseado. La historia se repitió al año siguiente y al finalizar el segundo año, su capital era de 14,018 córdobas. Todo su dinero ahorrado estaba colocado al mismo interés que cobran las tarjetas de crédito, 5% mensual.
Con esos 14,018 córdobas compró justo catorce quintales de frijoles, los cuales vendía a domicilio a setenta clientes del barrio que consumían veinte libras mensuales, ganando cinco córdobas por libra. Por supuesto, se puso las pilas y demostró a sus vecinos la ventaja de recibir en sus casas frijol de primera calidad, según las necesidades de cada semana.

Por la venta de frijoles, cada mes le quedaban siete mil córdobas de ganancia, que al finalizar el tercer año sumaron 84,000. Eso, más los 14,018 con que inició el negocio frijolero, dio un total de 98,018 córdobas.
Su amiga, la pulpera, siguió utilizando el dinerito de la gaseosa que ya no compraba y sumó los 5,014 que le generó al año. Ese 31 de diciembre del
tercer año sin tomar gaseosa, su calculadora arrojó la interesante suma de 103,032 córdobas.

Por supuesto, conforme pasó el tiempo, el negocio de los frijoles se robusteció mucho más, lo mismo que la salud financiera y física de Rosendo. ¿No lo cree? Haga numeritos y verá que esta historia es posible. Ya no se diga, si hubiera vendido frijoles con los ahorros desde el primer año.


Chiquilistagua, enero 2014.

Arnulfo Urrutia M  (Autor del libro “Éxito emprendedor”)

Cada año, cuando llega diciembre, me pasa algo muy particular: escucho “Los peces en el río” y automáticamente me vuelvo a preguntar lo mi...

Cada año, cuando llega diciembre, me pasa algo muy particular: escucho “Los peces en el río” y automáticamente me vuelvo a preguntar lo mismo… ¿Qué significa realmente este villancico tan famoso? Y aunque es una canción que todos cantamos desde chicos, pocas personas se detienen a pensar en el trasfondo real del villancico. Yo era una de ellas, así que un día decidí sentarme, investigar a fondo y entender de una vez por todas qué hay detrás de esta melodía.

Spoiler: hay muchísimo más de lo que imaginaba.




Origen histórico del villancico “Los Peces en el Río”

Para entender el significado profundo del villancico, primero necesitamos conocer su origen. Resulta que “Los peces en el río” es un villancico español, muy antiguo, de autor desconocido y declarado como obra de dominio público. Su melodía tiene una marcada influencia árabe, algo muy común en muchos cantos tradicionales de la península ibérica.

Con la llegada de los españoles a América, este villancico viajó junto con ellos y se expandió por todo el continente. De hecho, en varios países latinoamericanos existen versiones ligeramente distintas, algunas más rápidas, otras más solemnes, pero todas conservan la esencia original.

Lo más llamativo es que, aunque la canción es muy festiva, su letra es profundamente simbólica y está cargada de referencias que, a simple vista, pueden pasar desapercibidas.


¿Por qué este villancico es tan distinto a los demás?

A diferencia de otros villancicos como Noche de Paz o Campana sobre Campana, este tiene un ritmo casi hipnótico y un estribillo que parece no tener lógica literal. ¿Qué hacen peces “bebiendo” en un río por ver a Dios nacer? Ese misterio es justamente lo que lo hace único y lo que nos lleva a explorar su simbolismo más profundo.

Beben y beben y vuelven a beber los peces en el río por ver a Dios nacer

Análisis de la letra: ¿qué representa cada verso?

Una de las cosas más lindas de este villancico es que describe escenas cotidianas justo después del nacimiento de Jesús. No se sitúa durante el parto, sino horas o quizá un día después. Por eso la letra dice:

“La Virgen se está peinando…”

Esta imagen representa a María arreglándose o aseándose luego del parto. En aquellos tiempos no existían los cuidados clínicos que conocemos hoy, así que el acto de peinarse o arreglarse después de dar a luz era una forma de volver a la normalidad, de recuperar un poco de calma en medio de un evento sagrado.

Es una imagen muy humana, que nos recuerda que la Virgen, además de ser madre de Jesús, también era una mujer real que vivía su maternidad con naturalidad.

“La Virgen está lavando pañales…”

Esta estrofa termina de reforzar la humanidad de María. Es una madre ocupada, cuidando al recién nacido, realizando tareas cotidianas, mientras —según la canción— los angelitos la acompañan cantando. Es una escena doméstica llena de ternura y simbolismo.


El coro: la parte más misteriosa del villancico

Y ahora sí, llegamos al corazón del misterio. El famoso estribillo dice:

Pero mira cómo beben los peces en el río, pero mira cómo beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver al Dios nacer.

A simple vista no tiene sentido literal. Los peces viven en el agua, sí, pero no “beben por ver” nada. Entonces… ¿qué significan estos peces? La respuesta es un viaje histórico fascinante.


La metáfora del “Pescador de Hombres”

Para entender la metáfora del pez, hay que ir al Evangelio de Lucas (5, 1-11). Allí Jesús se encuentra con Simón —quien más tarde será Pedro— y le dice la famosa frase:

“Desde ahora serás pescador de hombres.”

En ese momento, los “peces” pasan a simbolizar a los creyentes, a los seguidores de Jesús. Por eso muchos cristianos del primer siglo se representaban a sí mismos con un pez.

Entonces, cuando el villancico habla de peces celebrando, en realidad está diciendo que los creyentes celebran el nacimiento del Mesías.

El pez en el cristianismo primitivo: un símbolo secreto

Después del año 70 d.C, durante la persecución del emperador Tito contra los cristianos, el símbolo del pez —conocido como “ichthys”— se volvió una señal secreta para identificar a otros creyentes sin ser descubiertos. Era un símbolo de fe, de resistencia y de hermandad.

Así que cuando el coro repite que los peces “beben y vuelven a beber”, no se refiere a animales, sino a personas que celebran el nacimiento del Salvador.

Símbolo cristiano Ichthys

¿Qué significa realmente que “los peces beben por ver al Dios nacido”?

Acá aparece la parte más hermosa del villancico. La palabra “beber” no se usa de forma literal, sino festiva. Significa celebrar, brindar, alegrarse con la llegada de Jesús.

Y si pensamos en aquellas épocas, el vino tinto era la bebida común en todas las celebraciones importantes (como en las bodas de Caná). Por eso muchos estudiosos interpretan la frase como:

Los creyentes celebran con alegría el nacimiento de Dios.

¿Los peces beben vino tinto? (Spoiler: no literalmente)

Esta parte suele generar confusiones divertidas. Obviamente los peces no beben vino. El villancico habla de personas, no de criaturas del río. Es pura metáfora poética.

Pero al mismo tiempo, es una forma muy linda de representar la alegría desbordada que provoca el nacimiento de Jesús.


Interpretaciones modernas: mitos y confusiones

Hoy en día, mucha gente canta este villancico sin pensar demasiado en su origen. Algunos creen que el pez es literal, otros se quedan con la melodía sin profundizar en el mensaje. Pero cuando entendés el contexto histórico y simbólico, la canción cobra un sentido completamente diferente.

No es solo un canto festivo: es una representación del amor, de la fe y de la celebración del nacimiento del Salvador.


Influencia cultural y por qué sigue tan vivo hoy

A pesar de los siglos, el villancico sigue más vivo que nunca. Se canta en coros infantiles, en escuelas, en iglesias, en reuniones familiares y hasta en versiones pop o modernas. Y creo que su permanencia se debe a tres razones:

  • La melodía es pegadiza.
  • La imagen del pez es intrigante.
  • Su mensaje de celebración sigue siendo universal.

Cada Navidad, de alguna manera, todos volvemos a ser “peces en el río” cantando y celebrando.


Conclusión: lo que significa hoy para mí este villancico

Después de investigar tanto sobre el significado de la canción navideña peces en el río, jamás volvió a sonar igual para mí. Ahora la escucho con otra mirada: la de una fe que celebra, la de una comunidad que se alegra, la de un símbolo que sobrevivió persecuciones y siglos.

Vos y yo, cuando cantamos este villancico, también estamos celebrando. Y eso es lo que lo vuelve tan especial.


Preguntas frecuentes (FAQs)

1. ¿Quién escribió “Los Peces en el Río”?

El autor es desconocido. Se considera parte del dominio público y pertenece a la tradición popular española.

2. ¿Por qué los peces “beben” en el villancico?

Porque simbólicamente representan a los creyentes celebrando el nacimiento de Jesús.

3. ¿El villancico se basa en hechos bíblicos?

Sí, especialmente en pasajes relacionados con el nacimiento de Jesús y la metáfora del “Pescador de Hombres”.

4. ¿Qué simboliza el pez en el cristianismo?

Es un símbolo de identificación secreta entre cristianos perseguidos en el siglo I. Representa fe, vida y hermandad.

5. ¿La letra original tenía más estrofas?

Sí, algunas versiones antiguas tenían hasta seis estrofas, aunque hoy se usan solo dos o tres.

6. ¿Cuál es el mensaje principal del villancico?

La alegría de los creyentes ante el nacimiento de Jesús.


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Decia Descarte una frase que ya he descartado : Cogito ergo sum... Pienso y luego existo... y si mi pensamiento me hace cada ves mas inexi...

Decia Descarte una frase que ya he descartado : Cogito ergo sum...
Pienso y luego existo... y si mi pensamiento me hace cada ves mas inexistente
el conocimiento es una nada comparada a la inmensidad
y mi angustia es saberme polvo en medio de particulas inanimadas, presas de sus afanes
presas de su sobriedad, sin embargo tan libres!!!
Y si realmente no existimos mas que en nuestras sensaciones falsas y tergiversadas por nuestra locura racional?
Si solamente somos una pesadilla en los recuerdos de un pasado que ya han cesado de gritar?
Y si solamente somos lo que ya hemos dejado de ser cuando siendo en un presente que insiste en ser pasado a cada segundo obviamos un futuro que se actualiza a cada minurto que muere?
Y si somos fantasmas de la duda, espectros de la espectativa, y sinsasones de la frustracion?
Pienso, y no existo...
O existo y ya mejor no pienso..
Porque el ego ha de existir en base a la concepcion que ese ego genera interpretaciones de su realidad circundante...
Entoces este ego piensa... y si piensa existe!!
Pero esa interpretacion es en base a una realidad dudable a partir de las propias fuentes de su ego... Y si realmente existo, pero la realidad no?
Pero si existo es porque fui creado:
He ahi la clave de mi interrogante, la parte que falta de este rompecabezas literalmente hablando, la prueba infalible de mi existencia misma y mi saberme yo:
Dios. Autor de mi, a pesar de ser en mi mismo una idea de ese mismo ser, soy un pensamiento de un Dios despierto, de un Dios existente que me hace participe de su existencia.
Si Dios existe, yo existo...
Pero si yo existo, y pienso en un Dios existente, la existencia de ese Dios esta basada en un pensamiento generado anteriormente. Si existo pienso, si pienso, pienso en Dios, si pienso en Dios, Dios existe?...
Y en mi dilema de falacias, no logro concebir la interrogante maxima: que da existencia a lo existente?
Por el momento en mi no saber, prefiero orescindir de mi mismo y empezar a ser a ciegas...