Apareciste una tarde de octubre, pero te reconocí en una noche de diciembre, hermosa tras tu sonrisa tímida, tus hermosos ojos iluminaron mi...

25 besos



Apareciste una tarde de octubre, pero te reconocí en una noche de diciembre, hermosa tras tu sonrisa tímida, tus hermosos ojos iluminaron mi existencia, tu enorme corazón hacía el ritmo que amenizaba mis noches.

Me descubrí enamorado, perplejo ante tu andar acelerado y desconcertado de tu singular forma de amar, original, única: perfecta. 

Lograste entrar hasta lo más profundo de mi corazón e hiciste en él una morada, una morada en la que no viviría nadie más que sólo tú. Le adornaste con cactus y suculentas, con aves y tortugas, con música, con danzas. La hiciste tuya, firmando un pagaré de 25 besos.

Cada día le agregabas más besos a la cuenta, y aunque lo lograbas pagar, los 25 besos siempre quedaban en mora.

Hoy te vas, descubriste que mi corazón no era un lugar habitable, que había moho creciendo en sus paredes, y el color desteñido. 

Con todo lo que soy intenté detenerte, de rodillas te he prometido renovar tu habitación. Te pido perdón, no hay forma.
 
Cuando el dolor es más fuerte que las palabras, las lágrimas no logran limpiar lo que antes fue amor, dijiste.

Y aquí me quedo yo, solo, rogando tu regreso, implorando tu perdón.
 
Aquí me quedo, con la promesa de 25 besos, y el dolor de tu adiós. 

0 comments: