La luna crecía dulcemente te gustó? preguntó si me había gustado pero no sabia como responder. Tocame , me dijo llevando mis mano...


La luna crecía dulcemente
te gustó? preguntó si me había gustado pero
no sabia como responder.

Tocame, me dijollevando mis manos dóciles a sus pechos...
Hubieseme negado
no lo hice...
Una estrella brilló
triunfante en el firmamento
y su reflejo en la olas me asentía complice de lo que esta por suceder.

Tocame, repitió

mientras mis manos acariciaban sus cantaros rebosantes de miel
bese el arena que se aferraba a su cuello
y la luna ruborizada se escondía detrás de una nube indecorosa.

Y ahí,

en el sudor de la exitacion

esa exitacion especial que produce
el pecado
con la Luna que crecía con esplendor
entrando en el recóndito cielo
donde el mar
lleno de deseo pronunciaba nuestros nombres
mientras,
en las lejanías
otros nos esperan

llenos del allá...


La fiebre de cuerpos sedientos domino nuestras conciencia

mis manos se aferraban con desden en sus caderas

gritando un himno a la piel

a la oscuridad

a la pasión.


Acarició mi frente con sus labios

enterrando mi silueta indeleble en la playa

con su néctar
bañando mi cansancio.

Fuimos uno y luego nada

fuimos todo en el vacío del después

así
como la estrella fugaz desaparecimos con las olas del recuerdo y la monotonía.

Vamos, me dijo, yo asentí... cuantas palabras se callan cuando el sol se oculta tras de ti las estrellas temerosas aparecen con su luz ...


Vamos, me dijo, yo asentí...
cuantas palabras se callan cuando el sol se oculta tras de ti
las estrellas temerosas aparecen con su luz tenue
y ese sentimiento estúpido
irrumpe en tu certeza.

Hacia dónde? le pregunté, qué importa, dijo...
mis manos temblantes
llenas de deseo y soledad
mi piel seca por el viento
desierto de mí por falta de agua,
y allí estaba ella...
induciendo con su aroma al placer de sabernos vivos
al proceder sin ver tras de ti,
al vivir solo unos instantes
besando a la muerte porque has vivido,
viviendo la luz que desprenden tu libido insaciable
que queremos a toda costa ocultar...

paseo sus labios en mis dedos
mientras la luna emergía con fuerza
como ama y señora de la oscuridad

ideal...

Y el miedo al mañana se frustra
con la capa negra que nos envuelve
para qué vivir sin existir en plenitud, dijo
asentí...


Y la pasión embriago a los expectadores
y el universo entero participo de aquella danza divina
incluso Dios observo con deseo desde sus aposentos
mientras la crema y miel se funde en una amalgama
que
dentro de nosotros mismos
infundo de color
lo que no sabíamos siquiera que existía...

y quedamos exhausto de no ser
y hartos de no existir
hasta que aquella noche
empezamos a ser
no dos,
uno

uno hasta el fin.